Katsuki híbrido Lobo x Izuku Tritón
Au Criaturas--------------------------------
Reencarnación.
Los lobeznos... Odian el agua.
Katsuki era un licántropo, una criatura mitad lobo mitad humano, vivían en lo más recóndito de unas tierras poco conocidas, nadie se atrevería a cruzar por allí.
Podría considerarse una pequeña tierra donde la magia predominaba, donde cualquier tipo de criatura de cuentos de hadas podía existir, por ello no era sorpresa ver a otras especies vagar por allí, ya fuese en batalla o armonía con los demás.
Él tenía mucha suerte, al final de cuentas era fuerte desde el nacimiento, su madre era la mejor cazadora del lugar y le había enseñado, por lo que él pensaba tomar ese lugar al crecer.
Apenas era un cachorro, un pequeño lobezno... Había cazado un pájaro y había manchado sus garras, tenía que lavarse o su madre le acabaría regañando. Se acercó al borde de la playa para lavarse las garras, sin esperar ver a lo lejos como algo salpicaba.
—¿Uh?—Soltó en confusión, un par de risas a su espalda le sorprendieron.
—¿Qué tenemos aquí? Un pequeño cachorro solitario... ¿Donde está tu madre?
Katsuki gruñó aunque aquel sonido parecía más de un felino, al ser una simple cría sus cuerdas vocales no daban para intimidar.
—Así que eres muy valiente ¿No es así?—Se trataba de nada más y nada menos que un par de humanos cazadores, no podrían matar a un cachorro, pero sí podían secuestrarlo y venderlo.
—¡Aléjense!—Amenazó con sus garras mientras sus gruñidos se volvían más feroces y parecían tomar volumen.
—¿Crees que nos asustas? Pequeño fenómeno—Se acercó sin problemas para tomarlo.
—¡Bájame! ¡Bájame, asqueroso humano!—Exigió sin dejar de moverse, pataleando para ser liberado.
Una piedra fue lanzada con fuerza hacia el humano que le había sujetado, le dió justo en la cabeza, logrando que soltase a Katsuki quien al caer enseguida salió huyendo a cuatro patas para poder alejarse lo más posible del lugar siendo perseguido por el otro que no había sido herido.
Cuando aquel humano se levantó pudo observar como una aleta de color verde parecía volver al agua.
Un maldito tritón le tiró una piedra a la cabeza, ahora sangraba y dolía como el demonio.
—Voy a pescar a ese maldito—Pronunció el albino mientras gruñía enojado.
Por otra parte el rubio cenizo había logrado despistar a su perseguidor pelinegro y volvió con su manada, preguntándose por quién y porqué había sido salvado.
En silencio observó a sus dos amigos tomados de la mano observandole curioso por la forma en la que parecía estar alterado.
—¿Por qué tardaste tanto? Ni siquiera trajiste nada—Habló el rubio curioso, había mencionado que cazaría algo pero allí estaba con las manos vacías.
—Humanos...—Murmuró con odio y el de cabellos rojizos se preocupó.
—¿Te encuentras bien?
—Sí... Pude huir de ellos, pero perdí a mi presa en el camino.
—Volvamos—Dijo el rubio para caminar, aún sin soltar la mano del pelirrojo al cual estaba muy apegado.
Izuku observaba la orilla de la playa apenas asomando su mirada, preguntándose si el lobezno había llegado bien a casa.
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En Una y Mil Vidas
Fiksi Penggemar"En una y mil vidas, por siempre te amaré" fueron las últimas palabras de aquel muchacho humano de cabellos rubios cenizos de nombre Katsuki Bakugō que eran dirigidas al joven angel Izuku quien no paraba de llorar ante su perdida, mientras las lágri...