Epílogo 2/2

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Allí estaban... Izuku moría de nervios observando el lugar y luego miraba a Katsuki bastante inseguro.

—¿Ahora qué, Nerd de mierda?

—Es que no estoy seguro ¿Esto está bien?—Preguntó con el ceño levemente fruncido apretando la mano del rubio cenizo en busca de seguridad.

—Sabes que sí Izuku... Ambos queremos esto—Acercó la mano del pecoso a sus labios para dejar un dulce beso en esta.

—Tienes razón—Asintió para luego besar cariñosamente los labios de Katsuki con un amor incomparable.

Entraron juntos al Orfanato, querían adoptar a un niño, el proceso había sido lento, pero al fin estaban allí.

La mirada verde de Izuku se perdía entre los niños que allí estaban, deseaba poder darle hogar a todos, pero era difícil hacerlo y era la primera vez que tendrían a un niño en casa.

Pero al ver a un pequeño de bonito cabello café con un lindo sombrerito y una pulsera de flores su corazón saltó en su lugar... No había dudas de que quería darle hogar a ese niño, observó a su esposo quién charlaba con una de las encargadas de cuidar a los niños y simplemente decidió acercarse.

—Hola pequeño—Saludó sonriendo dulcemente a la vez que se agachaba para estar a su altura, cosa que hizo al menor sonrojarse, no acostumbrado a la cercanía de otras personas quiso ocultarse.

—H-Hola...—Respondió observando los hermosos ojos esmeraldas de Izuku, un tanto curioso, no quería dar mala impresión.

—¿Cómo te llamas?

—Katsuma...—Respondió en un murmuro retrocediendo.

—¡Oye! ¡No molestes a mi hermano!—Una chica de bonitas pecas y cabello recogido en dos coletas se puso frente al pequeño con disposición a protegerlo del "intruso".

—Oh ¿Eres su hermana?—Preguntó y la chica le miró con desconfianza.

—Sí, ahora vete, no nos van a separar.

—Entiendo...—Soltó un pequeño suspiro negando con la cabeza para levantarse y sacudirse un poco el pantalón para luego alejarse.

—¿Lo ves? Nadie querrá adoptarnos a los dos, no debes confiar en los adultos—Dijo la pequeña tomando las suaves mejillas de su hermano.

—S-Si...—Cuando su hermana apartó sus manos para tomarlo de la mano decorada con la pulsera de flores el pequeño Katsuma bajó la mirada con tristeza, parecía un buen hombre, pero jamás los querrían a los dos juntos, aquellos iban a adoptar a uno solo.

—Par de mocosos—Una voz les detuvo, el menor levantó la vista y se asustó al ver a un hombre intimidante, rápidamente escondiendose tras su hermana.

—¡Oye! ¡No nos llames mocosos!—Reclamó la pequeña y el rubio cenizo sonrió.

—Bien, tienes carácter, me agradas ¿Cómo te llamas?

—¿Eh? S-soy Mahoro ¡No lo olvides!—Respondió la pecosa observandole con el ceño fruncido.

—¿Son hermanos?—Preguntó agachándose para observar al par de cerca.

—¡Si! ¡No nos vamos a separar así que ni pienses en adoptar a uno solo!

—De acuerdo—Se encogió de hombros para levantarse e ir con su pareja.

La pecosa lo consideró extraño, era raro que dos personas se les acercaran seguido.

Observó a su hermano y lo tomó de los hombros.

En Una y Mil VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora