Hyunjin despertó y muy alegremente se alistó para poder ir a visitar a su lindo y tierno novio que permanecía en su propio hogar.Pero no podía culparlo. El día de hoy tenía que consentirlo y mimarlo tanto como Jeongin quisiera, ya que hoy era su cumpleaños número diecisiete.
Estaba realmente ansioso por llegar a la casa de su Innie para llenarlo de muchos besitos y darle todo lo que había preparado para él. Subió a su auto y condujo hasta el hogar de Jeongin.
El camino fue bastante tranquilo y el clima se puso un poco más cálido, haciendo sonreír a Hyunjin por lo agradable que estaba el día. Tocó la puerta de la casa del menor y esperó a que este le abriera.
La puerta se escuchó y dejó ver a un Jeongin sonriente y un tanto tímido por la repentina visita de su guapo novio.
-Hola Hyunjin, hyung.- dijo con las mejillas teñidas de un lindo y tenue color rojo.
-Feliz cumpleaños, bebé.- el mayor tomó al menor de la cintura para poder besarlo y de apoco comenzó a empujar el cuerpo de su Jeonginnie al interior de la casa.
Se separaron del beso y él mayor le entregó un bonito ramo de flores silvestres al más pequeño.
-Gracias Jinnie.- dijo tímidamente.
-Esa no es la verdadera sorpresa, bonito.- habló y de inmediato puso cara de pervertido.
Jeongin comenzó a reír y le regaló muchos besitos al contrario. Pero sus carcajadas se detuvieron cuando se dio cuenta de que el mayor no se reía y que tenía una mueca de indignación en su rostro.
-Yo soy tu regalo, Innie.- dijo susurrando sexymente en el oído del menor.
Las mejillas de Jeongin se encendieron y sus ojitos se abrieron a todo lo que daban.
-P-Pero aún me sigo recuperando... de las otras veces.- habló apenado mientras jugaba con sus deditos.
-Ya pasaron tres semanas.- el mayor puso un bonito puchero que no duró mucho pero que logró hacer sonreír al menor.
-Es que... lo hicimos toda la semana y no pude caminar bien por mucho tiempo.- Jeongin se puso más rojo que un tomate y cubrió su cara con sus manitas.
Hyunjin tomó a Jeongin de la cintura y lo cargó poniendo las piernas del contrario en su cadera. Miró al menor y comenzó a reír por la carita aún sonrojada de su novio.
-Solo me gusta ponerte nervioso y rojito.- dijo divertido.
Jeongin hizo un puchero para después sonreír y abrazar al mayor. Pero al momento que lo abrazó sintió un olor que no fue mucho de su agrado y lo hizo poner una mueca de asco.
-No me gusta tu perfume, Jinnie.- el menor mantenía una mueca de disgusto y tan solo unos segundos después una arcada llegó, haciendo que de inmediato tapara su boca.
-¿Estas bien, amor?- Hyunjin preguntó preocupado pero en el mismo momento en que iba a acariciar los muslos de Jeongin, este se levantó de su regazo y corrió en dirección al baño.
El docente lo persiguió hasta el baño y escuchó cuando su lindo novio soltaba todo su desayuno en el retrete.
El mayor camino lentamente hasta ponerse detrás de Jeongin y comenzó a sobar su espalda con mucho cariño y cuidado.
-¿Quieres que te lleve al doctor?- preguntó casi en un susurro para después acariciar las mejillas del contrario.
-Estoy bien, amor. Solo no me gustó tu perfume nuevo. Huele horrible.- aún estando de rodillas en el suelo, recargó su cabeza en el hombro de Hyunjin y arrugó su nariz.
-Enserio lo odiaste.- el mayor abrazo más fuerte el pequeño cuerpo de su Innie entre sus brazos y rió por lo que acababa de decir el menor. -Supongo que tendremos que comer el pastel más tarde.
-Uh... quiero comerlo ahora.
-¿No te sientes mal?- dijo un poco confuso.
-Pero en verdad quiero pastel.- hizo un puchero y se puso de pie, ayudando a Hyunjin a hacer lo mismo y seguido de eso lo abrazó. -Enjuagaré mi boca y después comeremos el rico pastel que trajiste para mi.- Hyunjin sonrió y se dirigió a la cocina para colocarle unas cuantas velitas de cumpleaños al pastel de vainilla que tanto le gustaba a su Innie.
Esperó unos cuantos minutos y su adorable novio ya estaba listo para soplar las velas de su pastel.
Cantó cumpleaños feliz para Jeongin y esperó a que pidiera un deseo después de apagar las velas, para ponerle un poco de crema pastelera en la punta de su nariz.
-Jinnie, eso es pegajoso.- dijo en modo de protesta pero aún con una sonrisa en su linda boquita.
-Bien. Entonces lo limpiaré.- el mayor lo miró con una media sonrisa y se acercó lentamente al rostro sonrojado del menor y lengüeteó la punta de la nariz de Jeongin, para después tomar sus mejillas entre sus enormes manos y plantarle un beso lento pero encendido y húmedo.
-Te amo muchísimo, Jinnie
-Yo también te amo mucho, bebé.- Hyunjin acarició la cabeza el menor y se aproximó a la mesa del comedor para poder partir algunos trozos de pastel.
Y en el momento en que el mayor le entregó su porción al más pequeño, a este le brillaron los ojos y miró sonriente a su guapo y servicial novio.
-¿Ya te había dicho que eres guapísimo, Jinnie?- dijo mirándolo inocentemente.
Hyunjin rascó su barbilla y miró en dirección al techo fingiendo recordar.
-Lo repites mucho... pero no lo suficiente.- tomó su rebanada de pastel entre sus manos y se sentó a un lado de Jeongin para después besar repetidas veces las mejillas del menor. -Tus cachetes son más espojositos.- dijo un Hyunjin sonriente y enternecido por él como se miraba su Jeonginnie.
-Calla y comamos.- habló el menor mientras miraba al docente con los ojos entre cerrados y con las mejillas llenas de pastel.
-Está bien, no te enojes, bebé.
-Okey. Pero dame más pastel.
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Sé que no suelo dejar notas, pero enserio tenía ganas de decirles esto desde hace un tiempito.
Desde que publiqué el capítulo once las vistas comenzaron a aumentar, pero los votos hicieron todo lo contrario. Incluso hay más comentarios que votos y eso de apoco me va quitando las ganas de actualizar cada una de mis historias.
Se siente realmente mal que yo le eche ganas haciendo cada capítulo y que tenga 30 vistas y solo 10 votos.
Solo les quiero pedir su apoyo, pero si veo que esto no mejora yo creo que tardaré más en actualizar o de plano pausaré la historia.
Así que ayúdenme votando.
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✖️IRRESISTABLE✖️
RomanceHyunjin es el nuevo maestro de preparatoria de jeongin. Un adolescente arisco del cual todos disfrutan burlarse y molestar. Pero no todo es tan malo, al menos desde que conoce a su nuevo profesor de cálculo; de quien termina perdidamente enamorado...