⚡️Capítulo 11⚡️

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Jeongin abrió lentamente los ojos, sintiendo que se encontraba encima de algo, o tal vez alguien.

Palpó lo que fuera que se encontraba bajo su cuerpo, hasta que su cerebro lo asimiló por completo. Era Hyunjin.¡Se encontraba encima de Hyunjin!

Se asustó un poco, pero le encantó la manera en que el mayor sujetaba su cintura para que no cayera del sofá.

Recordó todo lo qué pasó la noche anterior y se sonrojó violentamente al pensar en los labios del docente. Quería besarlos otra vez, pero en esta ocasión no quería esperar a que él mayor se despertara, así que acercó su boquita a los enormes y carnosos labios de Hyunjin para darle un beso y poder despertarlo.

El docente se quejó y se removió un poco, para después apretar más su agarre en la cintura del menor, haciéndole reír por la falta de aire.

Siguió repartiendo besitos por toda la cara de Hyunjin, hasta que despertó haciendo una mueca de desagrado fingida que no duró mucho ya que una hermosa y enorme sonrisa se asomó por esos lindos labios.

-Buenos días, Jinnie.-habló por primera vez el menor.

-Buenos días, Jeongin.- dijo y una linda sonrisa fue directamente a los ojos de Jeongin.

-¿En que momento nos quedamos dormidos?

-Pues, justo después de besarnos tus ojitos comenzaron a cerrarse, hasta que te quedaste dormido. Tenía planeado irme a mi casa y dejarte descansar, pero no quería dejarte solito, así que busque una manta y como te encontrabas en mi regazo tuve que cargarte hasta el mueble donde guardas las cobijas.- dijo mientras se sentaba de nueva cuenta y ponía a Jeongin en sus piernas.

-No debió cargarme, peso mucho- su mirada se dirigió a un costado e intentó bajar de las piernas del mayor.

El docente rápidamente reaccionó y sujetó las caderas del menor haciendo que lo mirara un poco sorprendido. Tomó su mentón y le plantó un beso apasionado y lleno de amor.

-Jeonginnie, eres perfecto. No dejes que los comentarios de malas personas te afecten. Lo que ellos piensan no importa, ni siquiera lo que pienso yo debería importarte.

-Pero tú si me importas, y mucho... gracias por siempre hacerme sentir bien.- sus brazos se extendieron hasta alcanzar el cuello de Hyunjin para poder abrazarlo.

-Jeonginnie, quisiera quedarme así por siempre, pero se nos está haciendo tarde para ir a la escuela, bebé.

Las mejillas del menor se encendieron en un bonito e intenso color carmín que hizo sonreír al docente.

-¿Quieres tomar un baño?

-Claro, pero no tengo ropa limpia para usar después de la ducha, así que prefiero esperar hasta llegar a casa. - dijo y acarició la cabeza del menor.

-T-Tengo ropa que podría quedarte. Era de mi papá.

-Gracias, Jeongin.- el mayor agradeció y decidió que dejaría que Jeongin se bañara primero para que él no le quitara tiempo.

.>••<.

-Innie, gracias por la ducha y por la ropa. Es muy linda y acogedora. Después de que la lave te la devolveré.- Hyunjin se encontraba poniéndose la camiseta frente a los inocentes ojitos del menor, así que este se encontraba bastante sonrojado y con las manos temblorosas.

-No hay problema, te puedes quedar con la ropa.

El menor habló y al mismo tiempo cubrió sus ojos con sus manitas, para no mirar la desnudez de Hyunjin.

¿Te gusta lo qué ves?- habló el docente con un tono seductor mientras acorralaba al más pequeño contra la pared de la habitación.

-Llegaremos ta-tarde a la escuela, hyung.

-Eres tan lindo cuando te sonrojas, Innie bebé.

-¿E-Es normal que solo se escuchen lindos los apodos viniendo de usted?-preguntó un tímido y sonrojado Jeongin.

-Claro que es normal.- dijo para después tomar al menor de las mejillas y darle un beso lento y lleno de amor.

-Escuela.- fue lo primero que salió de la boca del menor cuando sus labios sé separaron de los contrarios.

El mayor sonrío y cargó a Jeongin, poniéndolo como un costal de papas en uno de sus hombros.

-Tienes que desayunar, mocoso.

-No me gusta.- dijo haciendo un puchero.

-¿No te gusta qué?

-No me gusta como suena eso que me acaba de decir... me gusta más cuando me dice cosas bonitas.

Hyunjin bajó las escaleras y colocó al menor en el sofá para poder mirarlo mientras hacía pucheros.

-¿Eso es verdad, Innie bebé?, ¿o prefieres, Jeonginnie bonito?- el rostro del mayor se acercó al de él contrario y besó castamente su frente, haciéndole sonrojar.

-Si, eso su-suena mejor, hyung.-el menor le plantó un besito en los labios al docente y corrió por su vida mientras él mayor reía por lo tierno que era Jeongin










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