⚡️Capítulo 18⚡️

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Habían pasado dos semanas en las que Jeongin no asistía a la escuela, y eso estaba preocupando a Hyunjin.

Ya que solo le mandaba cortos mensajes de texto y ninguno especificaba su estado de salud o el porqué de su ausencia.

Después del día de su cumpleaños había ido a la escuela una semana entera, pero se notaba cansado y sin ganas de hacer alguna acción o actividad que implicará usar su cuerpo.

Todos los días durante una semana entera había intentado llamarlo para saber que era lo que le estaba sucediendo, pero el menor no atendía las llamadas y creía compensarlo mandando un tonto mensaje diciendo que lo llamaría luego. Pero nunca llamaba de vuelta.

Hyunjin estaba realmente preocupado por el menor, así que hoy planeaba ir a verlo y saber que era lo que en verdad le estaba pasando.

Estacionó su auto afuera de la casa De Jeongin y se aproximó a la puerta de entrada, para finalmente dar tres toques a la delgada madera.

Esperó unos segundos pero no había indicios de que la puerta se moviera, y parecía como si en la casa no hubiese nadie, así que tocó una vez más para asegurarse.

Estaba tan impaciente por ver a su Innie, que en el mismo momento en el que escuchó la puerta siendo abierta, corrió en dirección a Jeongin para tomarlo entre sus brazos y acariciar su espalda.

-¿Por qué no has ido a la escuela? ¿Estás enfermo?... ¿Por qué no me llamaste?- tan pronto como puso un pie dentro de la casa de Jeongin, comenzó a bombardearlo con preguntas y a mirarlo con mucha preocupación.

-E-Estoy bien. Solo me resfrié un poco.- apretó sus manitas y le sonrió al mayor mostrando su dentadura.

Y en ese momento fue que Hyunjin lo notó.

Jeongin se veía cansado y pálido, tenía ojeras y los ojos hinchados, ... como si hubiera llorado por un largo tiempo.

Pero había algo más.

Esos hermosos ojos no estaban brillando, y esa bonita sonrisa no era de verdad.

-Puedes contarme que es lo qué pasa.- dijo en un tono bajo y con una mirada llena de preocupación, mientras con una de sus manos acariciaba la mejilla de Jeongin.

-Solo es un pequeño resfriado, Jinnie.- dijo tratando de sonreír.

-¿Quieres que te lleve al doctor?- preguntó con preocupación.

-... Y-Ya fui al doctor, Jinnie. No te preocupes por mi.- la mirada del menor estaba puesta en sus deditos, que jugaban con nerviosismo.

Hyunjin lo miró, tomó la cabeza del menor y la recargó en su pecho; haciendo que el más pequeño se relajara y que cerrara sus ojitos hinchados.

-Tienes que dormir, bebé.- el docente pasó el brazo de Jeongin por su cuello para seguido de eso cargarlo al estilo nupcial.

Subió las escaleras y recostó al menor en la cama, viendo como casi de inmediato su Innie se quedaba dormido.

-Si en verdad estás enfermo tienes que tomar medicamento para que te mejores, bonito.- susurró mientras acariciaba el sedoso cabello de su novio.

Se levantó de la cama y caminó directo a la mesita de noche donde sabía que Jeongin guardaba todas las medicinas.

Abrió uno de los cajones y comenzó a buscar algún medicamento para la gripa. Pero muy extrañamente solo estaban los medicamentos que había comprado para él el día que lo llevo al hospital.

Había una hoja doblada por la mitad, pero decidió ignorarla para seguir buscando. Y no fue hasta que la pequeña hoja se calló del mueble, que le prestó atención.

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