⚡️Capítulo 20⚡️

378 30 8
                                    


Mes 4.

Eran las dos y treinta de la mañana, y al parecer su bebé había despertado con mucha hambre, pues su pancita no paraba de sonar en busca de comida.

Se levantó lentamente de la cama que compartía con Hyunjin, y salió de la habitación con las esperanzas de que hubiera algún bote de halado y muchas galletas pera poder devorarlas.

Bajó las escaleras con mucho cuidado, y corrió hacia el congelador, sonriendo cuando por fin lo encontró. Tomó una cuchara y dos pequeños paquetes de galletitas, para finalmente sentarse en el sofá y comer uno de sus antojos más frecuentes desde hace algún tiempo.

Acabó con los dos paquetes de galletas y con la mitad del helado de vainilla, sintiéndose realmente satisfecho y con cansancio por haber comido un "poco" tarde. Pero eso no lo detuvo a mirar la pequeña protuberancia que sobresalía de su estómago; levantó una de sus manos metiéndola por debajo del suéter tejido que traía puesto y la colocó con mucho cuidado sobre su barriga, sintiendo su piel suave y acolchonada por el nuevo intruso en su cuerpo.

No estaba muy acostumbrado a tocar esa zona porque todavía le parecía algo raro el sentir a su bebé creciendo dentro de él, y constantemente le recordaba los nuevos cambios en su cuerpo.

Como los cambios de humor, el exceso de apetito y el constante crecimiento en su vientre, que no era mucho pero que aún así era notorio por su figura delgada.

Acarició su pancita por unos momentos más hasta que volvió en sí, pensando que ya era hora de volver a su habitación, donde descansaba tranquilamente su guapo novio.

Subió las escaleras, lavó sus dientes y finalmente se recostó en la cama, abrazando por el frente a Hyunjin, sintiendo su cuerpo tibio y agradable al tacto.

Sonrió y de apoco sus ojitos se serraron por el cansancio que había causado el despertarse a esas horas de la madrugada.

Y de pronto sucedió, un pequeño sobresalto en su estómago, una pequeña punzada pero sin el dolor, como si la pequeña protuberancia tuviera vida propia, comenzó a sentir el movimiento de esta.

Estaba pateando por primera vez.

Sonrió con unas cuantas lágrimas ya instaladas en sus ojitos y con mucho cuidado colocó su mano para poder sentir los pequeños golpes que le daba su bebé. Al inicio pensó que era muy pronto para que sintiera los movimientos de su pequeño, pero luego recordó que su papá había sentido sus pataditas justo en el cuarto mes de gestación, haciéndolo tranquilizarse de inmediato.

Tenía ganas de despertar a Hyunjin, pero sabía que estaba cansado, así que le diría en un mejor momento; uno que no implicara despertar al mayor.

A la mañana siguiente Jeongin despertó y bajó a preparar el desayuno para su Jinnie y para él mismo.

Tostó algunos panes y les untó un poco de mermelada en el centro, dándose cuenta de que tenía antojo de ese platillo desde hace algunas semanas; sintiendo como su boquita se hacía agua cada vez que pasaba el cuchillo con restos de mermelada sobre el exquisito y tostado pan, así que colocó tres piezas de pan en un plato para Hyunjin, y cinco para él. En verdad tenía mucha hambre, así que no se reprocharía nada de nada.

Como el mayor todavía no se despertaba, decidió subir a su habitación y alistarse para la escuela. Era la última semana que asistía, porque en verdad estaba aumentando de peso muy rápido, y tenía miedo de que alguien notara su embarazo, ya que su pequeño bebé no hacía nada por querer ocultarse.

Cada vez que usaba el uniforme su vientre se veía más y más redondo e hinchado, y ni hablar de esos cachetitos rosados y apretujables que habían surgido en este último mes.

Subió las escaleras y fue en busca de su su mayor enemigo: el uniforme escolar. Cada que lo usaba apretaba un poco más, y dejaba algún tipo incomodidad en su barriguita, haciéndolo querer llorar todo el día por la sensación de estar la mayor parte del tiempo apretadito y por las marcas rojizas que dejaba en su piel.

Se vistió, arregló su cabello y se puso un gran suéter tejido que robó de su novio cuando se dio cuenta de que uno de sus suéteres favoritos ya le quedaba un poco pequeño, dejando a la vista su redonda pancita.

Terminó de alistarse y bajó las escaleras, notando de inmediato que milagrosamente su hyung ya estaba listo y al parecer sirviendo dos vasos de jugo de manzana para tomarlos junto a los panes con mermelada.

Sonrió en grande y corrió en dirección al mayor, haciendo que este dejara lo que hacía solo para tomar de la cintura a su Innie y besarlo como era debido.

Lo atrajo aún más a su fornido cuerpo, sintiendo esa linda y esponjosa pancita que tanto amaba. Se separaron del beso y el mayor le indicó al contrario que tomara asiento en la silla que se encontraba a su lado.

-Bajaste antes que yo.- habló el menor y casi de inmediato apareció un pequeño puchero en sus lindos labios.

-Cuando bajaste a preparar el desayuno me apresuré a darme una ducha y a vestirme, no quería dejarte esperando aquí sentadito.- dijo y acarició la cabellera de su lindo novio.

Jeongin miró feo a su hyung para después darle una enorme mordida a su segundo pan, pero ese intento de mirada no duró mucho, porque su bebé se movió, haciendo que posara una de sus manos en el costado de su vientre.

-Jinnie, toca mi pancita, Justo aquí.- el embarazado sonrió tratando de ocultar su entusiasmo, y le señaló a su novio que parte de su vientre tocar.

Haciendo que de inmediato su pequeño angelito diera un leve golpecito en donde su papá había puesto su mano. Sus movimientos apenas se sentían ya que al ser todavía un poco pequeño no tenía tanta fuerza como los bebés de seis meses de gestación, pero según Jeongin, se se sentía como un pequeño hipo en su pancita.

Hyunjin sonrió en grande y casi de inmediato se puso de rodillas para sentir mejor al pequeño ser. Apretó un poco más su agarre en la barriga de su pequeño novio sin notar que este puso una mueca de incomodidad, ya que apretaba un poco fuerte y la presión del pantalón no ayudaba mucho a su situación. Pero valía la pena por ver esa sonrisa radiante en la cara de su Jinnie.

Estaba tan concentrado en los movimientos de su bebé, que apenas notó cuando Hyunjin recargó su mejilla en su vientre, dejando salir unas pequeñas lágrimas de felicidad.

-Ouh, Jinnie, no llores o yo también lloraré, y nuestro bebé se pondrá triste, y-y me sentiré horrible si hago sentir mal a mi angelito.- Jeongin habló y de inmediato sus ojitos se llenaron de lágrimas, haciendo que el mayor riera por lo sensible que era su pequeño y embarazado novio.

Era tan lindo, y esperaba que su bebé lo siguiera haciendo ver radiante y gordito, pues con el embarazo su Innie había recuperado el peso que le hacía falta, y... tal vez un poco más que eso, pero a él no le importaba para nada, todo estaba bien si su hermoso novio era feliz.



 tal vez un poco más que eso, pero a él no le importaba para nada, todo estaba bien si su hermoso novio era feliz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




__________________________

✖️IRRESISTABLE✖️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora