Capítulo 12

74 11 23
                                        

"Los Vlasov"

— Blake Vaughan —

Me encuentro parada frente a una mansión preciosa. Sus jardines florecen y dan vida a la fachada elegante y blanca qué tengo al frente, las fuentes le dan un sonido de paz y a la vez se ven sofisticada elegantes.

Siento una mano apretar la mía. — Todo estará bien, tómate tu tiempo — dice Damon a mi lado.

— No tienes que hacerlo si no quieres, aún estoy a tiempo de cancelarlo todo — dice mi tía detrás de mi.

— Tengo que hacerlo — digo por fin. Cierro mis ojos y tomó bastante aire, tras unos segundos lo suelto a forma de suspiro.

Ya estoy aquí, voy a conocer a mis padres biológicos. No sé por qué me siento tan nerviosa, sé que jamás serán mis padres verdaderos, eso es seguro. Ellos no estuvieron ahí cuando yo me derrumbaba en mi recámara porque habían muerto mis hermanas, ellos no me protegieron del que fue mi padre por mucho tiempo, ellos no me ayudaron de ninguna manera a mi, solo a mis padres tras perder a sus hijas.

Entonces, si son tan malos... ¿Por qué me siento así? ¿Por qué aún quiero conocerlos sabiendo que ellos no me aman y no me amarán de ninguna manera? No lo sé, pero sé que debo hacerlo. Si no es por mi, al menos para ponerle un cierre a este ciclo y seguir con mi vida, o mejor dicho, comenzar a vivirla.

Comienzo a caminar en dirección a la puerta y Damon en ningún momento suelta mi mano, el solo camina conmigo, apretando mi mano para que recuerde que lo tengo ahí, a mi lado. Él sabe lo difícil que es esto y por ende, agradezco demasiado que me acompañe.

Me detengo ante el enorme portón de madera, parecido al de un castillo moderno. Tomó una última respiración y al exhalar escucho el sonido de la cerradura abrirse. Una mujer de baja estatura, cabello blanco y chino y un delantal abre la puerta. Aparenta unos 70 años y se me hace un poco grande para trabajar, pero quien soy yo para juzgar.

— Pase, la señora y el señor Vlasov las esperan en la sala de estar — se dirige a mi y a mi tía, pero no suelto a Damon — síganme por favor.

Escucho los pequeños tacones de la señora resonar a lo largo de los pisos de mármol y haciendo eco por las altas paredes de la estancia. La seguimos y al llegar al lugar indicado, veo como una mujer de unos 45 años se levanta de su lugar. Es de tez pálida como la mía, ojos azul intenso y cabello castaño oscuro, aunque parece más joven, sus ojos levemente caídos la delatan. Supongo que debe ser mi madre.

Madre biológica.

Eso. No es mi madre, solo la persona que me dio la vida y me abandonó con otra familia sin preocuparse alguna vez de mi estado.

Seguido de ella se levanta un señor de unos 50 años. Su cabello es castaño pero lleno de cañas a las esquinas, tiene su piel levemente rosada y lo que lo hace distinguir qué es mi padre son sus ojos verdosos y cafés. Hazel como los míos, depende la luz es el color que toman, tiene la barba rasurada pero visible.

Los dos visten muy elegantemente y al mirarme aparece una gran sonrisa en sus rostros. Yo solo me quedo ahí, parada y paralizada sin saber bien que hacer. ¿Qué se supone que debes hacer ante tus padres que desaparecieron de tu vida en cuanto tuvieron oportunidad?

Un leve flashback entra en mi cabeza.

Me escondo junto a Vera detrás de las escaleras y observamos una pareja elegante entrar a casa junto con mis padres. Toman asiento en la sala de estar de nuestra pequeña casa y nosotras nos escondemos tras la puerta del baño para escuchar de lo que hablan.

DiáfanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora