Epílogo

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ATENCIÓN:
Este capítulo está narrado en tercera persona, es la primera vez que escribo algo así, espero que lo disfruten.
...

"Ella y yo vivíamos en la oscuridad. Ella creía que yo era la luz que iluminaba su camino, pero lo que no sabía era que brillábamos juntos dentro de ésta.

Un día, la luz de ambos se apagó, y al salir de esa infernal oscuridad, cada uno estaba del otro lado."

— Damon Marwood.

Hospital NHS, London Bridge.
Inglaterra, Reino Unido.
Día del accidente

Los ruidos del hospital, las máquinas, los pasos apresurados de las personas. La vista de aquella chica en la camilla a la izquierda es borrosa pero distingue al chico en la camilla de al lado siendo atendido urgentemente. El monitor conectado a él se acelera y la chica intenta tomar de su mano aunque las personas a su alrededor no se lo permiten.

Palabras como "vas a estar bien" o "nos encargaremos de ambos" se escuchan a lo lejos pero ella no les presta atención. Lo único que intenta es llegar a la mano del chico en la camilla, lo único que quiere es asegurase de que él esté bien. Deja de prestar atención a lo que le dicen a ella para escuchar lo que sucede al lado.

— Posible conmoción, concusiones craneales, golpes fuertes en cabeza. — un doctor habla a lo lejos, refiriéndose al chico.

— ¡No puede respirar! — grita otro. Tardan un momento en hacer movimientos rápidamente y pronto se escucha nuevamente una voz de una mujer.

— Tubo insertado. ¡El pulso de oxígeno no sube, está bajando! ¡Hay que intubarlo!

Después de aquellas palabras, mueven cada camilla a un lado diferente. Sabe que ella se encuentra mal, está aturdida y un pitido resuena en su cabeza, pero también sabe que aquel chico está peor. Ella no puede hacer nada por él y la preocupación la carcome. Quién diría que aquella sería la última vez que Blake vería a Damon.

Hospital Tenon.
París, Francia.
Dos semanas después del accidente.

— ¡¿Damon?! — el nombre sale de la boca de aquella chica, quien despierta de un coma inducido de dos semanas.

Observa a su al rededor, la recámara con colores sobrios y de aspecto depresivo. Un hospital — piensa.

Una señora alta, de porte fino se levanta del sofá de aquella lujosa habitación de hospital. Desprende seguridad, elegancia y alegría por donde pasa; al observar a la chica, una enorme sonrisa se forma en su rostro.

La chica mira extrañada en su dirección. ¿Quién es aquella mujer? ¿La ha visto antes? Un sentimiento de familiaridad se extiende por su cuerpo pero no logra identificarlo.

— ¿De quién hablas? — pregunta la mujer.

— ¿Quién eres? — sale la pregunta por la boca de aquella chica de personalidad curiosa.

— Mi nombre es Lynette Vlasov, soy tu madre. ¿No me recuerdas? — frunce el ceño.

— ¿Mi... mi madre? — pregunta más confusa que hace unos minutos, cuando no sabía en donde se encontraba. De pronto, se percata aquel detalle importante, no tiene idea de quién es ella misma, así que decide preguntarle a la mujer que aclama ser su madre. Después de todo, ella debe conocerla.

— ¿Quién soy yo?

— Tu nombre es Blake, Blake Vlasov. Eres mi hija y una de las mujeres más importantes en el mundo de la moda, o bueno, lo serás pronto. — La mujer toma aire y lo suelta lentamente para continuar — Respondiendo a tu pregunta anterior, él no está aquí.

— ¿Él? ¿Quién es él? — al preguntarlo, una sensación de alivio es evidente en el rostro de aquella mujer de traje fino.

— ¿Sabes por quién preguntaste? — cuestiona ella, llena de curiosidad. Los pensamientos de aquella mujer son triunfales, pero mantiene su expresión impasible.

La chica no recuerda el nombre que dijo al despertar, ha desaparecido mágicamente de su mente. Hay algo que falta, algo importante. Alguien. Ella lo sabe, pero no logra descifrarlo.

— No, lo siento. — responde al rendirse después de pensarlo unos minutos. La vergüenza es inmediata ¿cómo no puede recordar nada de su vida pero si sabe cómo funciona el mundo?

— Bueno, no es de importancia ahora mismo. — intenta desviar el tema.

— ¿Qué me pasó y por qué no puedo recordar nada? — la chica, confundida, comienza a alterarse.

— Tuviste un accidente de auto con alguien y perdiste la memoria, te diagnosticaron con amnesia retrógrada. Ya habías despertado antes ¿no lo recuerdas?

— ¿Un amigo? ¿Cómo está él? — pregunta ella, preocupada por su conocido e ignorando la última pregunta. La vergüenza es el mayor sentimiento que la recorre al no poder reconocer a su propia madre.

— Lo siento mucho corazón. No he sabido nada de él, pero en cuanto lo sepa, te avisaré. — responde su madre, aunque por dentro está segura que no tocará ese tema. Nada que pueda delatar el frágil pasado.

Es una segunda oportunidad, es su oportunidad de ser la madre que nunca fue y ahora se arrepiente de no haber sido. ¿Por qué desaprovechar las oportunidades que te da la vida?

Blake asiente y procesa aquella información. ¿Quién es ella?— la pregunta vuelve a su mente y esta vez tiene una respuesta: Blake Vlasov, eso está claro. La verdadera pregunta es ¿Quién es Blake Vlasov? No tiene una respuesta para aquello, pero sabe que tendrá que descubrirlo.

Ha perdido la memoria en un accidente. Eso es todo lo que sabe de su vida, pero presiente que hay algo más, hay un vacío que no logra identificar, un vacío que, de no ser llenado, podría llevarla a la perdición.

A pesar de que aquel día era diáfano y brillante, los dos se hallaban sumergidos en la sombra del subterráneo. Perdidos en la confusión y a años de distancia.

La historia de Blake y Damon nunca fue perfecta. Cualquiera esperaría un final feliz, pero a veces los finales felices sólo se quedan en eso, esperanzas.

El único problema es que conocieron a la persona indicada en el momento equivocado, y la vida tuvo que hallar la manera de separarlos.

Nunca se sabe, tal vez en otra vida obtengan por fin aquel final feliz que merecen. Algo es seguro, su amor siempre fue verdadero, tan fuerte que el mundo no logró soportar la carga de algo tan puro, cierto y simplemente diáfano.

DiáfanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora