Apetito [✔]

19 | La verdad siempre sale a la luz

Capítulo diecinueve: "La verdad siempre sale a la luz"

—¿Quieres un café?

Spencer negó y se acurrucó más en la esquina del sofá. Josh lo contempló de hito en hito e hizo una mueca.

—Un chocolate caliente entonces.

El castaño abandonó el salón en un santiamén y Spencer rodó los ojos. Típico de su ex, ayudarle en lo más mínimo incluso cuando le pedía expresamente que no lo hiciera. Sin embargo, cuando volvió con dos tazas humeantes entre las manos y le extendió una, el líquido que bajó por su garganta lo reconfortó como nunca.

—A ver... —empezó Josh tras sentarse en el sillón de enfrente, dándole su espacio—. Son las once de la noche.

—Sí, lo sé. Lo siento mucho, me iré en cuanto me termine el chocolate.

—No. Iba a decir que son las once y tenemos toda la noche por delante para hablar sobre ello. Tómate tu tiempo, puedo esperar.

Sin añadir más se acomodó en el asiento y se llevó la taza a los labios. Spencer permaneció en silencio por varios segundos, asimilando lo que acababa de decir.

—Gracias. Y perdón.

—¿Perdón por qué?

—Por todo. —Fijó la mirada en el líquido de color marrón oscuro y suspiró—. Por comportarme tan mal contigo, por evitarte, por hacer como si no existieras...

—Ya te disculpaste por ello. Hace como tres horas.

—Lo sé, pero tengo la necesidad de disculparme de nuevo. —Encontró su mirada con facilidad al otro lado de la estancia y reprimió una sonrisa al ver a Josh poniendo los ojos en blanco—. Sobre todo por la forma en la que... Bueno, la forma en la que acabó nuestra relación.

El castaño arqueó las cejas y se revolvió en el sillón, inquieto. En su rostro se podía leer "con que vamos a hablar de esto al fin".

—No hemos tocado el tema desde que pasó y... No sé, esta noche he rememorado muchas cosas y la mayoría de los recuerdos que tenía contigo fueron de los pocos que no me hicieron daño.

Josh no supo cómo reaccionar. Al principio se quedó muy quieto, como esperando a que su acompañante retirara lo dicho y confirmase que era una broma. Cuando estuvo seguro de que Spencer estaba hablando con la pura verdad se exaltó y batalló por encontrar las palabras adecuadas.

—Vaya, eso... No me lo esperaba —admitió.

—Ya, yo tampoco. —Spencer sonrió sin enseñar los dientes—. Solo intento decir que... Lo siento. No debí haberme portado tan mal contigo.

—No, yo lo siento. Me lo merecía en cierta forma. —Josh rio por lo bajo y se encogió de hombros—. Tenías razón, no debía forzarte a buscar ayuda ni sacarte información sobre tu pasado si tú no querías compartirla. Fui un idiota, por decirlo de manera suave.