16 | Pasado y presente

3.5K 477 841
                                    

Capítulo dieciséis: "Pasado y presente"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo dieciséis: "Pasado y presente"

Spencer ya sabía que algo iba mal en cuanto llegó al apartamento y vio el rastro de color carmín que iba desde la cocina hasta el baño.

Lo primero en lo que pensó es que era sangre. Después intentó calmarse a sí mismo mientras se dirigía a la cocina y trató de imaginar otra posibilidad, pero la estancia estaba vacía. Sin embargo, la ventana alargada estaba rota y había trozos de cristales por el suelo.

Spencer siguió el hilo de lo que ya estaba seguro que era sangre hasta el baño. Abrió la puerta temiéndose lo peor y lo primero que vio fue el espejo medio roto de la pared. El reflejo le proporcionó una imagen de Connor que nunca había visto. Estaba llorando, se mordía el labio inferior y tenía el rostro rojo de la rabia. Los trozos irregulares del cristal le ofrecieron un aspecto casi distorsionado de su novio.

—¿Qué pasa? —Su voz salió en un susurro que indicaba el terror repentino que se había instalado en su cuerpo.

Connor no respondió. En su lugar alzó el brazo y golpeó el espejo, rompiéndolo aún más y provocando que más trozos cayeran al suelo. Solo entonces Spencer se percató de que la sangre provenía de su mano derecha. Tenía varias heridas abiertas y no dejaba de sangrar, pero parecía no darle importancia ni quejarse por el dolor. Estaba centrado en seguir destrozando cualquier cristal de la casa.

—¡Para! —Lo tomó de la muñeca al ver que iba a golpear el espejo de nuevo y tuvo que ejercer toda la fuerza posible para detenerlo—. ¡Connor, para! ¡¿Qué cojones estás haciendo?!

El rubio se detuvo y fijó la vista en el suelo. Su mirada era una mezcla de cólera, impotencia y desesperación. Spencer enmarcó su rostro con las manos y lo obligó a juntar frente con frente llegando a mancharse de sangre, sudor y lágrimas.

—¿Qué ha pasado? —Esta vez no titubeó. Fijó los ojos en los suyos e intentó tranquilizarlo con ellos. La respiración agitada de Connor le golpeó en los labios e hizo un esfuerzo por mantenerse calmado—. Respira hondo, por favor.

Trató de hacerlo, pero pronto perdió la paciencia y se zafó de su agarre. Connor golpeó el espejo y éste se rompió del todo. Spencer tuvo que apartarse a causa de la cantidad de pequeños cristales que cayeron a su alrededor. Ese acto fue la gota que colmó el vaso.

—¡Connor! ¡Deja de golpear el puto espejo y háblame! —Lo tomó del cuello de la camisa tal y como él había hecho varias veces y lo zarandeó hasta obtener su atención—. Te vas a desangrar y va a ser culpa tuya. Deja la rabieta de niño de cinco años para otro momento y cuéntame qué ha pasado, joder.

Al fin pareció volver en sí. Parpadeó, se revisó la mano y soltó un par de maldiciones. Spencer tomó un rollo de papel, cortó un trozo considerablemente grande y obligó al rubio a colocar la mano debajo del grifo. Lanzó un quejido de dolor al sentir el agua en la herida, pero ignoró cualquier sonido que provino del chico y continuó con el interrogatorio.

Apetito [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora