04: You?

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Yeonjun.

Vio a Kai llegar con una camiseta que nunca antes le había visto. Se parecía mucho a la que aquel chico había recogido en la tienda el otro día.

«Podría ser...».

—Kai —saludó—. ¿Camiseta nueva?

Huening asintió.

—Sí. Fue un regalo de un viejo amigo, ya sabes, por mi cumpleaños —explicó.

—¡Feliz cumpleaños!

—Ya me lo dijiste ayer, Yeonjun..., diez veces. Pero gracias, supongo.

Yeonjun sonrió. —Y... tu amigo, ¿de casualidad viene a nuestra misma escuela? —preguntó, tratando de sonar casual.

Tratando.

Kai alzó una ceja. —¿Te he hablado sobre Beomgyu?

—¿Se llama Beomgyu?

—¿Estamos hablando de la misma persona?

Silencio.

—Es que creo que lo vi... y cuando te compraba la camiseta. Llevaba un pijama, y pantuflas de conejo. —Hizo memoria—. También golpeó al chico del mostrador alegando que su pene no era afeminado.

Kai rió.

—Ese es Beomgyu. De hecho, creo que hoy es su primer día —comentó Huening.

—¿Es nuevo en la ciudad o algo?

—En realidad no. Lo que pasa es que trasladaron a su madre a Daegu hace unos años por cuestiones de trabajo, pero ya la devolvieron a Seúl.

—Genial —contestó Yeonjun, antes de que la maestra ingresara al aula para iniciar la clase.

Beomgyu.

La escuela no era el mejor lugar para todos. Tan pronto como se presentó en la institución, Beomgyu ya tenía miles de miradas posadas sobre él y hasta burlas.

Al parecer llevar un suéter rosa con bordados de gatitos no era bien visto.

Se encaminó hasta el salón de su primera clase: Historia. Le tocaba con Kai. Al menos no sería tan agobiante el presentarse con un rostro conocido entre el bullicio.

Entró al salón, habló con la maestra y momentos después se encontraba enfrente.

—Chicos, tenemos un nuevo alumno. Preséntate, cariño —comunicó la mujer, mirando a Beomgyu.

Este gruñó ante aquel apodo.

—Me llamo Choi Beomgyu... y espero llevarme bien con todos —dijo, con un claro tono sarcástico que solo Kai pudo detectar.

—Muy bien, ¿alguna pregunta que quieran hacerle a Choi? —continuó la docente.

Beomgyu ya empezaba a odiarla.

Un chico levantó la mano. —¿Por qué usas rosa? ¿Eres gay? —Y unos cuantos soltaron carcajadas.

—¡Jaan! —regañó la maestra.

—No, está bien —interfirió Beomgyu—. Respondiendo tus preguntas: uso rosa porque, si no lo sabías, es un color también. Y no, no soy gay. ¿Tú sí? A juzgar por tu corte de cabello yo creo que sí —finalizó. Y sin esperar un permiso, se fue a tomar asiento a un lado de Kai.

La clase se quedó en silencio, a excepción de algunos cuantos que aún reían.

—Bien... Creo que es momento de empezar, abran su libro en la página veintinueve —comenzó la mujer.

—Beomgyu, hermano, no has cambiado —comentó Kai sonriendo en cuanto la docente estuvo lo suficientemente distraída como para escucharlos.

—No sé a qué te refieres. Yo solo dije la verdad, ese peinado es demasiado gay.

Yeonjun rió sin querer.

—¡Ah, Beomgyu! Este es Yeonjun, un amigo —dijo, señalando al mencionado—. Me comentaba que te había visto, cuando comprabas mi regalo.

—Ah, sí... También nos vimos en el parque —contestó, viendo a Choi—. Se rió de mí.

—¡Claro que no! —se defendió—. No me reí de ti, me reí contigo.

Beomgyu bufó. —Estabas como a dos metros de mí y solo me miraste y te reíste.

—En mi defensa, fue por tu camiseta, no por ti.

—¿Perdón? Esa es mi camisa favorita.

—Tiene a un pug con un arcoíris, ¿qué clase de playera es esa?

—Fue un regalo. De mi abuela, genio.

—Mi abuela me da dinero.

—¡Pues porque no te quiere!

—¡Chicos, basta! —los paró Kai, entre risas—. No llevan ni media hora de conocerse y ya se están peleando como casados, Dios.

Yeonjun rió y Beomgyu bufó.

Yeonjun.

Beomgyu le había agradado. Justo ahora iba junto con Kai a buscarlo puesto que después de la clase de Historia a Beomgyu le tocó Química y a ellos Matemáticas. Lo vio de lejos, estaba hablando con alguien.

Jaan.

Al parecer el más alto buscaba cobrársela por lo de la clase pasada.

«Inmaduro».

Iba a detenerlo. Pero sintió la mano de Huening en su pecho, parándolo.

—No te entrometas, Yeonjun.

—Pero...

—Sé lo que te digo, no lo hagas.

Se detuvo dedicándose a observar la escena.

—Yo no soy un maricón, como tú —escupió Jaan, lanzando a Beomgyu contra los casilleros.

El castaño se quejó.

—Ya, entiendo, pero, grandulón, si yo fuera tú, no estaría perdiendo el tiempo con "maricones". —Hizo comillas con los dedos.

—¿A qué te refieres?

—Tu novia, ¿rubia, no? Se está besando con quien parece ser... ¡tu mejor amigo! —avisó con falsa sorpresa.

El otro chico rápidamente se volteó, dejando a Beomgyu.

Uno. Dos. Tres.

—¡Espera, Suni no es rubi-...! —Volvió a voltearse; sin embargo, sus palabras quedaron en el aire al momento en que sintió un horrible ardor en sus ojos.

Beomgyu le había echado gas pimienta.

—No me vuelvas a tocar, engendro. —Y se fue.

—¿Qué fue eso? —preguntó Yeonjun, siguiendo junto a Kai al más pequeño.

—Beomgyu defendiéndose —contestó simple.

—¿Con gas pimienta?

—No le gustan los golpes.

Yeonjun sonrió.

«Interesante».

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