02: Saryang & Sanghun

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—Entonces, señores Choi...

Chois por Choi Beomgyu.

La mujer, mayor y perfectamente arreglada, despegó su vistosa mirada de la pantalla perteneciente a la computadora, solo para dirigirla hacia Beomgyu, quien yacía sentado al otro lado del escritorio, mirándola también.

—Entonces, señores Choi —repitió la señora, haciendo énfasis y que Beomgyu apretara los labios—, están aquí porque quieren adoptar un niño.

—Obviamente —Beomgyu volvió a interrumpir.

Entretanto, Yeonjun se mantenía percatado de lo bien y limpia que lucía la oficina de la fémina. Olía a limón. Jieun se podía leer en el gafete portado por ella.

—Bien —volvió a decir mientras revolvía los papeles en su escritorio, tomó algunos y empezó a leer—: Cónyuges desde hace un año y nueve meses, ambos con trabajos estables y- oh —exclamó—, usted es profesor.

—Exactamente —respondió Beomgyu, manteniendo la mirada fija en Jieun.

—¿Y usted enseña...?

—Geografía e Historia, sí.

—Entiendo —prosiguió—, usted reprobó a mi nieta, profesor Beomgyu.

Parpadeó.

Él había reprobado a muchas personas en su materia, ¿se supone que debería recordar?

—Pues por algo debió ser —contraatacó, levantando una de sus cejas.

—Eh... ¡Niños! —exclamó Yeonjun, de la nada, haciendo que las otras dos personas en la habitación le mirasen—, digo, por eso estamos aquí —sonrió, apretando la rodilla de Beomgyu y este se dio cuenta.

Conocía demasiado bien a Yeonjun —¡estaban casados, por Dios!— y sabía, que cuando tomaba su rodilla de esa forma, era porque ya no debía decir más.

Entiéndase; callarse.

La mujer miró por un momento a Yeonjun para después acomodar sus lentes y levantarse. —Acompáñenme, por favor.

El mayor suspiró, pues por un momento pensó que a causa del comportamiento de Beomgyu, los correrían y ya no les permitirían volver —¡y sin un bebé en manos!

No fue así, por suerte.

Fue siguiendo a Jieun con cautela, por los pasillos de aquel lugar, con el menor detrás, susurrándole; "¿cómo puede ella asegurar que fui yo? Por supuesto que hay muchos Beomgyus enseñando geografía allá afuera, ¡pudo haber sido cualquiera!".

A lo que él respondía: "Sí, bebé, tienes razón, cálmate".

—Señores Choi —Beomgyu gruñó—, a continuación conocerán a varios de los niños dentro del sistema adoptivo, no todos, pero seguiremos si no encuentran al indicado —informó la mujer, frente a una habitación.

Yeonjun asintió, sus orbes castaños brillando.

«¿Por qué habla de ellos como si fueran objetos?», pensó Beomgyu.

Y Jieun abrió la puerta.

Varios niños, diferentes edades, todos mirándoles.

Algunos alegres.

Otros tímidos.

E incluso había unos cuantos ojitos asustados.

—Pequeños —habló Jieun—, ellos son los señores Choi —apuntó a Yeonjun y Beomgyu—, vienen a adoptar a alguno de ustedes. O tal vez dos, no sabemos —les sonrió a los menores, quienes inmediatamente se emocionaron.

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