23: College

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Este capítulo está redactado en primera persona —narrado por Beom. Disfruten hundirse en su mente.

Beomgyu.

La escuela era lo último en lo que pensaba, sinceramente. Después de haber salido de la preparatoria, el hecho de que iba a ir a la universidad no se me pasó por la cabeza hasta que mamá comenzó a hablar de ello con la madre de Kai.

Cuando éramos pequeños, Kai y yo les dijimos a nuestras madres que queríamos asistir a un internado cuando fuéramos mayores.

—¡Mira, Beomgyu! ¡Ya casi llegamos! —gritoneó a un lado mío, Kai. Me sacudió y apuntó por la ventana hacia un campus no tan alejado.

Y bueno, tal parece que se cumplió.

Pero se había agregado alguien más.

—Beommie, ¿ves aquel edificio? Creo que será ahí donde estaremos —comentó Yeonjun, al otro lado de mí.

Sí, Junnie se sumó.

También creo que Taehyun asistiría allí mismo. En concreto, todos íbamos.

Bueno, menos Soobin. Él le había prometido a sus padres estudiar en una universidad de Ansan, su ciudad natal, así que tuvo que regresarse.

Cuando se fue, estuvimos los tres despidiéndolo. Creo que es más que obvio que estábamos tristes —yo también lo estaba, aunque en ese momento nadie me creyó.

Sí, Kai estaba más triste que Yeonjun y yo juntos.

Sí, Kai lloró.

Sí, Kai moqueó mi suéter y el de Yeonjun.

Sin embargo, la carta de aprobación de la Universidad lo logró alegrar —más aún el hecho de que hablaba por Skype con Soobin, literalmente, a diario.

La universidad...

Decir que los primeros meses no fueron los mejores sería mentir. Es decir, fue lo único que logré disfrutar, porque después todo fue yéndose a la deriva.

Yeonjun y yo no compartíamos clases, ni una sola. Pero sí nuestra habitación. Al principio, nos ofrecieron un cuarto triple para Kai, Junnie y yo, pero ¡oh, sorpresa!, Kai se negó y terminó yéndose con los de su fraternidad.

Lo cual, si me preguntan ahora, fue una pésima idea. En lo personal, prefiero mil veces soportar los gérmenes de una sola persona que los de varias, pero fue su elección —¡mal, Kai! ¡Muy mal!

Así que solo éramos Yeonjun y yo en la habitación. Eso sí era algo bueno, puesto que, como ya mencioné, no compartíamos clases y el vernos al final del día era algo reconfortante.

O al menos lo era para mí.

Al principio, todo fue bien, como siempre. Yeonjun dormía conmigo, hablábamos de nuestro día y los viernes nos quedábamos juntos a ver alguna película en vez de salir a alguna fiesta —las cuales abundaban.

Bromeábamos, salíamos con Kai, hacíamos cosas juntos.

Pero eso, poco a poco, fue cambiando.

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