Jungkook mentiría si no dijera que estuvo pensando en esos gemelos toda la semana. Se torturaba pensando en aquel beso con el peliazul que lo había dejado en un posible estado de hibernación. Se torturaba pensando en la calidez del castaño, sus sonrisas cuadradas y ojos brillantes.
Mierda. Estaba deseándolos con desespero. A los dos. Se sentía extraño, nunca había sentido algo así por nadie. Se había enamorado antes, pero no de esa forma, no de esa manera tan intensa. Y sintió miedo, sintió que eso que comenzaba a brotar de él sería peligroso.
-¡Viniste! -exclamó el castaño con los ojitos brillantes de felicidad cuando se acercó a la mesa que ocupaba el pelinegro en El Edén- Con el paso de los días pensé que no lo harías...
-Perdón, estaba algo ocupado.
Lo cierto es que se cuestionó en varias ocasiones si debería hacerlo. Le tenía mucho cariño a Taehyung. No podía negar que le hacía muy feliz estar con él, sin embargo, era una fuerte conexión a su antigua vida, a algo que alguna vez le perteneció. Verlo le traía recuerdos demasiado dolorosos que ni siquiera casi cien años después habían logrado abandonarlo.
Esa mañana había dejado de pensarlo demasiado. No estaba siendo justo. Incluso aunque su pasado doliera. Incluso aunque aún se sintiera un poco inestable. Incluso aunque se estuviera consumiendo. Incluso si a veces parecía que lo mejor era dar media vuelta y cambiar de ruta. Sabía que merecía ser feliz. Se había privado de la oportunidad de seguir adelante y eso era lo peor de la inmortalidad.
Todo es efímero. Las personas se van. Algunas regresan y otras no. ¿Qué más daba? ¿Por qué desperdiciar una oportunidad?
-¿Qué te traigo? -preguntó Taehyung.
-Un café y lo que mi acompañante deseé.
-¿Acompañante?
-Si. Está justo frente a mi.
Taehyung rio, con esa risa que te reinicia la vida. Esa que te hace sentir feliz sin razón alguna.
-Bogum, estoy trabajando.
-Si, pero ya no falta mucho para que acabe tu turno.
-¿Me esperas veinte minutos?
-Por supuesto. Pero vayamos a comer a otro lado, quiero enseñarte algo. No te preocupes, yo invito.
Tae asintió sonriente. Eso era lo que pasaba cuando estaba con Bogum, le era imposible parar de sonreír.
El castaño entregó la orden y se dirigió a dónde su rubio amigo.
-¿Va a venir Yoongi por ti? -el pálido había estado llendo a recoger a Jimin, le ofrecía a Taehyung que fuera con ellos, pero este se negaba. Se sentía incómodo y por lo tanto elegía tomar otra ruta por aparte. Aunque el último par de días no lo había visto.
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Los gemelos Kim || Vkook/Kooktae
FanfictionEl mundo estaba fracturado y a través de las grietas el bien y el mal se hacían presentes. No había persona en la Tierra que no tuviera un poco de ambas cosas, ningún humano era del todo bueno o del todo malo. Jungkook no era la excepción. Él tamb...