Ojos (Shota Aizawa)

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/Liz/

Me siento un minuto dentro de la cocina suspirando, Itoku se sienta a mi lado y me estira un vaso con jugo, le sonrío.

*Gracias.

*¿No crees que haz trabajado mucho?-pregunta sonriendo, le pedí a Hakura hacer más turnos y así poder salir los días a la playa, ella aceptó y aunque ha sido mucho trabajo no me puedo quejar.

*Está bien, mañana tengo el día de descanso.

*Será mejor que te lo pases en cama todo el día si vas a continuar con este ritmo.

*Me lo dice la persona que pasa todo el santo día encerrado en la cocina, ni siquiera tomas tus días libres-acuso.

*Cuando tu trabajo te gusta no se siente el peso-dice sonriendo.

*Ya todos sabemos cuanto te gusta el trabajo-dice Suba coqueta entrando a la cocina, la miro frunciendo el ceño pero ella sale riendo tomando otra bandeja con un pedido, vuelvo mi vista a Itoku que tiene las mejillas rojas.

*¿Qué fue eso?-pregunto confundida.

*Creo que eres la única que no lo ha notado-dice Maya mientras sigue cocinando-pero supongo que están en la misma sintonía-ríe cuando lo dice.

*No entiendo nada-aseguro confundida.

*Es mejor así-dice Itoku igual de rojo-aquí todas tienen demasiada imaginación-se levanta y vuelve a cocinar y yo me levanto para volver al trabajo.

Atender las mesas en los días que no son especiales es mucho más relajado, además de que hay menos gente pero el trabajo sigue estando. Mientras me cambio de ropa veo la bolsa de la librería por la que llegué justo a tiempo hoy, se supone que iba a comprar otras cosas pero vi la librería y se me ocurrió que podría buscar algo para leer, algo distinto y alejado a las singularidades, héroes o cocina; creí que sería algo rápido y fácil pero me quedé estancada viendo distintos libros por 30 minutos amontonando uno tras otro de los que llamaron mi atención. Al final y con la rapidez compré el primero que tomé junto con su segunda parte y salí corriendo. 

Salgo del café poniéndome los audífonos, hago que la música tape cualquier ruido y camino hasta el metro. Cierro los ojos cuando entro en el vagón, estoy muy cansada y eso porque Aizawa lleva unos días teniendo una pesadilla, aún no me quiere contar pero cuando despierta asustado en medio de la noche veo en sus ojos el terror de lo que soñó, de hecho parece asustado hasta cuando me ve. No he querido presionarlo pero me preocupa que siga así, al principio creí que tenia que ver con la tensión por la semana de trabajo que se les acerca, incluso Nezu me dijo que no debo ir esas semanas. 

Cuando abro la puerta lo veo sentado en la mesa con una computadora, papeles y lápices, le sonrío mientras me quito los zapatos y él me sonríe de vuelta.

*Veo que tienes trabajo-me acerco poniéndome a su lado y beso sus labios cuando veo que levanta su cabeza para que lo haga.

*Quiero adelantarlo si nos vamos a perder unos días-asiento.

*Voy a darme un baño-digo y camino por el pasillo hasta la habitación, dejo mi mochila en el closet y tomo un buso con un chaleco para entrar al baño.

Los ojos de Aizawa vienen a mi cabeza mientras el agua caliente me quema la piel, se ve muy cansado, al menos sus pesadillas me han ayudado a saber cuando su cara y ojos demuestran el cansancio real. Siempre me pareció que su expresión y ojos demostraban cansancio y sueño pero ahora puedo notar la diferencia, la línea bajo sus ojos toma un color rojo mismo que tienen las pequeñas venas que aparecen en su esclerótica.

Salgo del baño vestida y tomo la bolsa donde se encuentran los libros de la librería, tomo el uno y salgo a la sala, Aizawa sigue ahí sentado escribiendo, dejo mi libro a su lado y voy a la cocina a calentar agua.