Whatsapp con Ferran
-Hola amor, estoy delante de tu casa.
-¿Qué haces aquí?- ¿se habrá encontrado con Andrés?...
- Quería verte, ¿puedo subir?- me preguntó.
-Emmm... Es que están mis padres, mejor bajo yo.
Bajé apresurada, por segunda vez, ¡qué líos!. Les dije a mis padres por segunda vez que ahora subía a casa, no sé que me contestaron porque ya estaba saliendo por la puerta. Allí estaba él, en frente la puerta, con sus tejanos, sus DC negras, y su chaqueta tejana sobrepuesta en una camiseta. Siempre tan guapo. Cuando me vió, me miró con sus ojos de color del mar. Me rodeó con sus brazos cálidos, me sentía astronauta perdida en sus lunares. Me levantó del suelo, entrelacé mis piernas en su cintura. Me acerqué lentamente a su boca, esta vez fuí yo. Lo quería mucho, ¿cómo no le había dicho a Andrés que tenía un novio tan perfecto?. Nunca había creído que me pudiera pasar ésto. Entonces él se acercó a mi oreja y susurró:
-Nunca me había gustado tanto una chica.
-Y yo nunca hubiera pensado que alguien como tú le gustase alguien como yo.
-Pero si eres increíble, eres única, divertida, risueña, lo tienes todo carinyo mío.
Lo abracé. Fue un abrazo largo en un breve tiempo. Nos besamos por última vez y nos fuimos cada uno su casa. Estaba agotada, mañana leería el mensaje de Andrés. Había sido un lunes muy diferente a todos los otros.
Y Ari no sabía que mañana aún iba a ser más diferente...