Empezamos el día con clase de francés. Me senté al lado de Irene, mi mejor amiga. Le conté todo lo de Andrés, lo de esta mañana con la tonta esa de Jenny, y lo que me había escrito Ferran esta mañana. Mi amiga me dijo lo que opinaba:
-Por dios, Ari, te metes en unos líos... Haber, primero de todo, tienes que decirle a Andrés que tienes novio y que estás muy enamorada de él y que tu no sientes lo mismo que Andrés por ti. Y aver a que sitio te lleva... Porqué éste no se va a cortar ni un pelo; si solo en verte ya te dijo que le gustabas... Anda, preséntamelo a mi y a ver si congeniamos eeehhh... - dijo medio en broma medio verdad - Jajaja. Después, olvídate de la zorra esa de Jenny que siempre se mete donde no le llaman.
-Ya, bueno, gracias. Jajaja, primero hablo con Andrés y después ya os presento, y que surja lo que surja.- Andrés es buen chico, así que creo que Ari y Andrés se llevarían bién.
Se me pasó la clase de francés volando. Después tocaba matemáticas, que mañana más trágica, ¿no?. Bueno, matemáticas era una de mis asignaturas favoritas, aunque el tiempo se me pasaba muy lento. Quería que se acabase ya. Tenía ganas de ir a casa y relajarme un poco.
¡ Riiing !, toma, al patio. Fuí al baño a beber agua, cuando de repente siento unas manos en mi cintura, me giro de golpe y era Ferran, en girarme me besó, sentía su respiración, el palpido de su corazón, sentía el calor de sus dedos en mi cuerpo.
-Ven, que te voy a llevar a un sitio.- me dijo con una sonrisa en la cara.
-¿Dónde vamos?. ! Ferri ! - ya me estaba arrastrando para salir del baño y subir las escaleras. Llegamos al último piso, el patio cubierto de arriba de todo del insti. Ferran entró por la puerta y miró a los lados para asegurarse de que no hubiera nadie. Entonces me hizo una señal de que entrara. En medio de todo el patio, había una mesa junto dos sillas. Y una espelma encendida. Se oía música de fondo, creo que era la canción de "All of me" de John Legend.
-Pero, pero, pero, ¿qué es esto?- dije acercándome a él.
-Una sorpresita, así podemos estar un rato más solos.
-¿Cómo has conseguido que te dejen la sala?-pregunté.
-Eso ahora no importa. Ahora importa que estamos tu y yo juntos.
Entonces, me tomó de las manos, me atrajo hacia él y me dejé caer en sus brazos; mi lugar favorito en todo el mundo. Me sentía mal por no haberle dicho la verdad sobre Andrés, pero ahora no iba a decírselo y a estropear este momento.