El resto de la noche me la pasé bailando con la gente nueva que conocí y con Ferran. Ya era muy tarde así que decidimos volver a casa. Fuimos al sitio donde aparcamos el coche y subimos. Ferran no bebió ya que tenía que conducir. Yo tampoco, no sé porque, no me apeteció. Llegamos a casa y le mandé el mensaje a mi hermano de que ya estaba en casa. Brent se quedaba a dormir en casa del amigo que hacia la fiesta.
Ferran y yo entramos a casa y le dije que se sentara en el sofá.
-¿Pasa algo ? - me preguntó extrañado.
-No sé, eso dímelo tú - solté sin más mientras me sentaba a su lado.
-¿De qué hablas? - respondió mirándome a los ojos y agarrándome de la mano.
-Jenny me ha dicho no sé qué de que no me habías dicho la verdad - dije aguantándole la mirada.
-Esa chica siempre se mete donde no la llaman... - habló bajando la cabeza al suelo.
-Pero aver, ¿qué verdad? por dios, dímelo ya - dije agarrándole la barbilla para que me mirara.
-Aver... - creo que estaba a punto de llorar, tenía los ojos vidriosos. Me empezaba a preocupar... - cuando te pedí salir - le temblaban las manos - estaba saliendo con Jenny, solo que a escondidas, pero hoy en la fiesta la dejé por ti - después de esto ya no oí nada más, que cabrón. Joder. No sabía si llorar o reír. Joder, todos los tíos son iguales - pero yo solo te quiero a ti - acabó de decir. E intentó besarme pero giré la cara.
-Ari yo- lo interrumpí.
-No joder, tú nada, vete. Eres horrible, todo era una puta mentira... - no quería llorar delante de él, aunque tenía los ojos rojos seguro. Esa sensación en tu garganta mientras intentas hablar cuando estás apunto de llorar. Odio enterarme de que todo en lo que creía era una mentira. Que capullo. - Promesas de mierda - susurré.
-Te quiero. ¡ Te quiero Ari ! - gritaba mientras yo le echaba de empujones de mi casa.
¿Que se supone que tengo que hacer ahora?
Supongo que estaba tan feliz, tan ilusionada, que ni siquiera me imaginaba que era una más de tantas. Pero bueno, bienvenido al mundo real. Aquí las cosas duelen, molestan, joden. Aquí te falla la persona menos pensada. Te utilizan, te quieren y luego te olvidan pronto. Te prometen el cielo, y luego te regalan. La gente va, viene, y pocos perduran. Hay personas con las que no puedes enfadarte, personas que son tu debilidad. Hay personas que te marcan, para bien o para mal. Personas que a las malas los malos, pero a las buenas, los mejores. Adiós a los cuentos de adas, pierdes a lo que quieres y luego lloras a solas, esto funciona así. Bienvenido a este llugar llamado mundo, espero que a ti se te de mejor vivir aquí que a mi.
Quien te quiere no te rompe. Quien te quiere te reconstruye.
Subí a mi habitación y me cambié, me puse el pijama, me tumbé en la cama, y agarré la almohada encontrando consuelo en ella. Lloraba mucho. La almohada tenía su olor. Joder. Todo era demasiado bonito para ser verdad. Mi móvil no paraba de sonar, era Ferran. Decidí apagarlo y desconectar un poco. Entre sollozo y sollozo me dormí.