Final

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Ya casi se cumple un año desde el fallecimiento de Sakura, Sasuke intenta seguir sin ella, es muy poco el avance pero es notorio.

Cuando habla de su amada Sakura, hay nostalgia en sus palabras, por segundos es como si su mente recordara momentos importantes, sin embargo, su mente y corazón están más tranquilos.

Puede hablar de ella sin sentir que el aire se acaba, puede recordarle sin querer morir.

Finalmente puede tener paz.

Mientras tanto la pequeña Sarada ha aceptado que su madre jamás regresará, por lo que tres veces a la semana envia sus cartas.

Ella espera la llamada de aquel policía que se ha convertido en su amigo, solo con la respuesta de su mamá ella logra asegurarse de que ella está bien y no se siente sola.

Todos han aprendido a seguir, sin embargo es momento de que Sarada vea la realidad, no pueden seguir pretendiendo que nada pasó.

Y si, no pueden seguir , ya que desde la segunda llamada el policía se comunicó a el domicilio y contesto Sasuke, el policía informo sobre la llamada y las cartas de la pequeña, tanto que se pusieron de acuerdo y quedaron en comunicarse seguido.

Casualmente era el día del cumpleaños de Sakura y sería la digna y hermosa despedida para ella.

Pasaron unas horas hasta que Sarada lanzo su globo rojo mirando con nostalgia como se perdió entre las nubes y la luz.

Corrió hacia su casa y siguió jugando, esperando la respuesta de su madre, sin embargo, no recibió ningún tipo de llamada.

Ella estaba por marcar hasta que escucho el ruido de muchas motos, cosa que la extraño pues su padre no tenía ninguna.

Se asomó a la puerta y al salir vio muchas motos de policía, todas ellas tenían muchos globos rojos, uno se ellos se acercó.

- Hola, buenas tardes, tu eres Sarada cierto? -

- Si y tú eres Jason -

- Claro, veo que tu madre no mentía, eres muy linda y lista -

- ¿ Has hablado con mi mamá ? -

Pregunto con mucha ilusión la pequeña.

Al interior de la casa Sasuke Uchiha miraba a su pequeña, mientras sostenía a su hijo de un año.

Nostálgico, uno de los días más tristes de su vida era extrañamente uno de los más felices.

La representación de la vida y la muerte, su hijo y Sakura.

- Algo así , estos globos son para ti, ella nos dijo que son tus favoritos, verdad muchachos? -

Los demás policías asintieron con una sonrisa.

- Además señorita, te mando ésto -

El policía le entrego una carta después de un rato conversando, los policías se marcharon.

Emociónada la niña entró a su casa, se sentó en el sofá y comenzó a leer la carta que por mucho tiempo espero.

Hola, mi pequeña .

Me alegra saber que sigues mándandome cartas ya que me haces muy feliz, sin embargo, debes parar.

Debes concentrarte en tu escuela y en estar siempre con tu papá y tú hermano, intenta ser más social ten muchos amigos, se feliz.

Lamentablemente no podremos seguir comunicándonos.

Hija, hay un tema que tú aún no entiendes, y es la muerte.

La muerte es lo que a mí me pasó, dormí y jamás desperté, se que no es una muy buena explicación, sin embargo, pronto lo entenderás.

Yo no podré volver jamás, no volverás a verme ni escucharme nunca, yo sí .

Por esta razón es que debes de dejar de escribirme, no podré contestar.

Aún así quiero que sepas que te amo mucho, que nunca olvides lo mucho que significas para mí, que a mí manera te cuidare y que si algún día te sientes sola, no dudes en hablar al cielo pues yo te escucho.

Te amo, mi pequeña Sarada.






La niña terminó de leer la carta con sus ojos llorosos, levanto la vista y vio a su papá quien le abrió los brazos y ella corrió hacia el.

Después de un rato, jaló a su padre hacia afuera de la casa donde estaban todos los globos.

Con ayuda de su padre desamarraron todos y al mismo tiempo los soltaron.

- Hija esos globos eran tuyos y si no los querías, pudimos ir a regalarlos -

- Yo los regale papi -

El levanto una ceja, confundido.

- Fueron GLOBOS ROJOS PARA MAMÁ -

Grito la niña como si alguien la escuchara, Sasuke sonrió y apunto de entrar hubo un fuerte y cálido viento que regreso un globo mismo que Sarada abrazo.

El globo paso enfrente de Sasuke, quien con los ojos húmedos, tomo la cuerda y acercó el globo a su rostro, le dio un beso de pico y susurró.

Ya puedes irte, te amo mucho, mi Sakura.

Después de eso el globo se fue muy lejos y el sintió libertad, conmocionado tomó a su hija en brazos y beso sus mejillas.

Lloro, lloro suavemente, no de tristeza sino de felicidad.

Sin más ambos entraron a casa.

GLOBOS ROJOS PARA MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora