Capitulo 67

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Marizza.

Había pasado ya una hora, todos los que pasaron hasta ahora eran buenísimos, siento que no tengo ni una chance contra ellos.

—Marizza, vos sos la próxima— dicen desde el otro lado de la puerta.

—¡Okey!— exclamo.

Me paro rápido y me miro al espejo, acomodo mi ropa y mi pelo para luego tomar agua, agarrar mi guitarra y salir.

Una vez que salí me asomé hacia el escenario donde saludé a unas cuantas personas que me desearon suerte.

—Ahora una de las participantes más jóvenes del lugar, estoy seguro que deslumbrará con su talento y su belleza. ¡Les presento a Marizza Colucci!— dice Johnny y sonrío antes de comenzar a caminar hacia el escenario.

—Hola soy Marizza, hoy voy a cantarles una canción que escribí yo misma— me presenté.

Di un último suspiro antes de comenzar a cantar.

—Ya no quiero más soñar, creer en vos
Ya no tengo ganas de llorar por este amor
Todo fue una gran mentira y al final
Nada quedará entre vos y yo

Y serás mi amor por siempre
Y hoy mi corazón se muere
Y ya nada me detiene que escapar

No hay que llorar
Cuando todo está perdido y muerto
No hay que llorar
Aunque todo duela muy adentro

No hay que llorar
Aunque ya no quede nada vivo
No hay que llorar
Cuando el mundo es un gran desierto

Todo pasa, el tiempo cura lo peor
El olvido sana y se llevará el dolor
No quiero que vuelvas nunca más por mí
Porque no podrá resistir mi corazón

Y serás mi amor por siempre
Y hoy mi corazón se muere
Y ya nada me detiene que escapar

No hay que llorar
Cuando todo está perdido y muerto
No hay que llorar
Aunque todo duela muy adentro

No hay que llorar
Aunque ya no quede nada vivo
No hay que llorar
Cuando el mundo es un gran desierto

No digas que fue amor
Es el final
No digas nada más
Es nuestro adiós

No hay que llorar
Cuando todo está perdido y muerto
No hay que llorar
Aunque todo duela muy adentro

No hay que llorar
Aunque ya no quede nada vivo
No hay que llorar
Cuando el mundo es un gran desierto

No hay que llorar
Cuando todo está perdido y muerto
No hay que llorar
Aunque todo duela muy adentro

No hay que llorar
Aunque ya no quede nada vivo
No hay que llorar
Cuando el mundo es un gran desierto.

Terminé de cantar y aplausos se escucharon por todo el lugar. Una chica me hizo señas para que salga del escenario y saludé con la mano a todos y volví al sector de camarines.

Estaba caminando cabizbaja cuando choqué con alguien y casi me caigo hacia atrás.

—Fijáte por donde caminas— digo de mala gana y levanto la cabeza encontrándome a un pibe de ojos marrones mirándome divertida.

—Perdón, es que sos tan chiquita que no te vi— bromea.

—Ja, que gracioso— ruedo los ojos y trato de pasarlo pero me agarra suavemente del brazo —¿Que querés?

—Tu nombre. No estaba prestando atención cuando lo dijeron.

—Eso no es mi problema.

—¿Por favor?

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⏰ Última actualización: May 01, 2021 ⏰

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