Capítulo 13

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12 de abril de 2003

POV CAMI

Tardamos 45 minutos en llegar del aeropuerto hasta el hotel. El tiempo estimado entre el aeropuerto de Tel Aviv y el hotel era de, aproximadamente, 20 minutos, sin embargo la gente hizo que tardáramos mucho más.

-Bueno, ¡vamos! – grito macana y todos comenzamos a bajar del micro.

Ni bien pisamos la calle, la gente empezó a gritar un montón. Estaba segura de que las fans tranquilamente podían saltar las dos filas de vallas de seguridad y llegar hasta nosotros.

Entré al hotel y había más camarógrafos y fotógrafos esperando por nosotros.

-¡Dale Cami! – me apuró Macana para que entrara al ascensor.

Habían tres ascensores, en uno iban las valijas, en otro los chicos y en el último nosotros cuatro con nuestros guardaespaldas. Sí, tenemos un guardaespalda cada uno, los cuales nos van a seguir las 24 horas del día.

Entré al ascensor y estaban Feli y Lu.

-¡Hola! ¿Cómo andan? – se escuchaba a Coco hablar con los camarógrafos que estaban en la entrada.

-¡Dale Coco, Diego, apuren! – decía Macana.

La gente se escuchaba desde adentro del ascensor, gritan muchísimo.

-Dale Benja – otra vez Macana estaba apurando a alguien.

-Boludo, en el ascensor de al lado están los siete apretados – dijo Benja una vez que entró al ascensor.

-Menos mal que somos nosotros cuatro... – cuando terminó de hablar Feli ingresaron nuestros cuatro guardaespaldas junto con Macana.

-Para que hablas boludo – le dije.

-¿Qué pasa? – preguntó nuestro manager.

-Nada – respondió Lu.

-Júntense un poco mas así puedo cerrar la puerta – nos dijo.

Los cuatro nos juntamos un poco más y los guardaespaldas se acomodaron como pudieron. Yo, que soy la más chiquita en contextura física, me estaba asfixiando, tenía a Benja y un mono de dos metros al lado mío, estaba muy incómoda.

-¿Estas bien amor? – me preguntó mi novio el más lindo.

-No, estoy re incomoda, no puedo respirar. No sé a quién se le ocurrió que entrábamos los nueve en un ascensor de un metro de diámetro.

-Ay no te quejes tanto, no seas exagerada – me dijo Felipe.

-Tiene razón Feli, no se puede ni respirar acá adentro – habló Lu.

-Bueno, ya estamos por llegar – intentó tranquilizar el ambiente Macana.

-¿Tan lento va este ascensor? Hace como cinco minutos que estamos acá encerrados – dijo Benja.

Las puertas se abrieron y llegamos a nuestro piso. Nuevamente había fotógrafos, se supone que la seguridad del hotel no tenía que dejar pasar a toda la prensa.

Acá hay algo raro...

-Entren a esa habitación, ahora voy – Macana nos señaló la habitación 402 y entramos.

-¡Al fin una cama! – dijo Felipe y se derrumbó arriba de la cama.

-Nene despacio, mira si se rompe – le dije a mi amigo salvaje.

-No nos van a decir nada Cami, acóstate está re cómoda – me contestó.

Me acerque hasta una de las camas de dos plazas y me recosté.

Rebelde Way en IsraelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora