Acquainted + Save your tears (slowed version)

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Esa noche en Berlín prometía ser inolvidable

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Esa noche en Berlín prometía ser inolvidable. Ese pequeño cosquilleo en el cerebro y el ritmo de mi corazón acelerándose eran claras señales de que estaba haciendo efecto la sustancia que habían conseguido los chicos para levantar los ánimos. El lugar no estaba mal, era amplio, aunque repleto de gente. Gente de diferentes contexturas y formas, moviéndose al compás de la música. Con el tennesse en la mano, me apoyé en la barra del lugar para observar a la gente que me rodeaba. A pesar de la escasa iluminación del lugar, logré divisar a Sal y KLo conversando animadamente, tomando algo... having a good time.

Look at her... talking, laughing around. She looks lovely tonight, pensó mientras le daba un sorbo a su trago. Should we fuck? No. Why is she so confident? She's not even that pretty... pensó entrecerrando sus ojos.

Tal vez fue la insistencia de sus amigos y la gente alrededor hablando de ella y de cómo hacía su trabajo. O que hasta el momento había sido amable con él. O por la forma en que acomodaba su cabello detrás de la oreja, poniendo atención a la conversación no sólo con su actitud, sino que con su cuerpo. De pronto, todos esos detalles comenzaron a resonar fuerte en la mente de Abel.

Shit. Not now, please. Trató de quitar esos ridículos pensamientos, cerrando sus ojos con fuerza, maldiciendo y culpando a Belly y a sus socios por el mal viaje que estaba teniendo. God, I don't wanna be fucking in love again.

—Dude, are you okay? You're being so aloof right now, dijo Lamar luego de pedir un trago.

—I...I just wanted to be quiet...for a while, respondió Abel con dificultad, sacudiendo levemente su cabeza.

—¿Por qué no vienes? Todos nos estamos conociendo mejor... Katty nos está contando más de su vida. ¿Sabías que su padre fue marinero?, dijo sonriendo mientras miraba a la chica.

—¡No! Y... no me interesa saber nada de ella, respondió Abel alterado. —¿Por qué habría de hacerlo? Es solo una chica..., terminó reduciendo su tono de voz hasta parecer más calmado.

Sabía que Lamar, quien solo se limitó a observar el abrupto comportamiento de su amigo, juzgaría en silencio el actuar de Abel para luego molestarlo al respecto. Pero se equivocó, en vez de hacer eso, el chico alto y moreno bebió su trago hasta el fondo y luego solo dijo:

—Vamos.

—Okay, dijo Abel dándose la vuelta para dejar el vaso sobre la barra.

Mientras se acercaban, Abel sintió cómo la voz de la chica sobresalía por sobre las demás. Se sintió avergonzado de que su cerebro le jugara este tipo de bromas, en donde la habitación se silenciaba por completo y con absoluto respeto para que la risita juguetona de esa chica extranjera, que parecía tan común, se grabara fuerte en el corazón del canadiense.

Quiso decir algo. Algo que sonara gracioso, algo que sonara interesante, que le hiciera saber a miss López Ponti que tenía toda su atención esa noche. Sin embargo, era difícil tragar y sabía que, si hablaba, balbucearía alguna estupidez que los descolocaría a todos y sería el hazme reír. Abel solo pudo sonreír y asentir hasta que la conversación cambió el rumbo y entre gente que iba y venía, ambos quedaron más cerca.

—¡Estás muy callado esta noche!, dijo ella en voz alta.

—¿Qué?, gritó Abel fingiendo que no había escuchado por el ruido la música, a ver si ella se acercaba un poco más para oler su perfume.

—¡¡Dije que estás muy callado esta noche!!, dijo ella en voz alta, riendo por la situación.

—Solo me entretenía escuchando las historias de todos... respondió coqueto. Pero desde la oscuridad, apareció frente a él una mujer rubia, estupenda que usaba una mini falda de cuero negra. Ambos quedaron unos segundos boquiabiertos, hasta que se presentó con un curioso y germano acento inglés.

—I'm so sorry, but my English is... not very... good enough, dijo la alemana mientras Katherine, visiblemente incómoda, tomaba un sorbo de su Tom Collins.

—There's no problem, honey. She's my interpreter, respondió Abel descaradamente.

Tras unos segundos de sorpresa por cómo había sonado eso y mientras la rubia se acomodaba cerca de Abel y Katherine, la intérprete apretó los labios y luego preguntó:

—Are you sure you wanna do this?

—You can do this, can't you?, dijo Abel con tono juguetón.

—Claro que puedo, respondió ella, haciéndole frente al desafío. —Hablaré con ella primero y luego te diré todo, dijo antes de darle un último gran sorbo a su trago.

Lena era modelo. Nacida y criada en Alemania, pero hace poco más de un año se había mudado por trabajo a Manchester. De ahí su poca experticia con el idioma. Su hermano trabajaba en ese lugar y sólo le bastó unos segundos para que ella y su amiga, Julia, llegaran hasta la disco con el objetivo de conocer a The Weeknd y a sus amigos.

Lena señaló a su amiga, quien claramente no había venido hasta acá para perder el tiempo. Coqueteaba descaradamente con Lamar, quien había reconocido con anterioridad que en esas ocasiones solo se dejaba querer.

—Dile que me agrada su actitud y que tal vez quiera su número de teléfono.

Katherine soltó una risita y humedeció discretamente sus labios con la lengua. No iba a cuestionar nada de lo que le dijeran sus interlocutores. Sabía que ella no contaba, que solo sería el puente entre los dos.

Ich würde Ihnen meine Telefonnummer und mehr geben, dijo Lena llevando todo su cabello hasta un lado, dejando a relucir un pequeño tatuaje en su esbelto cuello.

Te daría mi número de teléfono y mucho más, dijo la intérprete cerca del oído del canadiense.

Fuck, her voice is so damn hot.

Abel no pudo resistirse y con delicadeza corrió con la yema de sus dedos un mechón de cabello detrás de la oreja de Katherine, observando cuidadosamente su piel, pasando por su cuello hasta su hombro.

—Tell her... You're the most beautiful woman around and I just want you to be mine. Just for tonight.

Intentó no mirarlo, no hacer contacto visual con él. Sabía que las cosas se pondrían aún más extrañas si eso sucedía. Su voz era masculina, profunda y encantadora. Trató de concentrarse solo en el mensaje y buscó distraerse con las luces de colores que iluminaban la pista de baile que estaba en el primer piso. Por un momento se sintió totalmente arrepentida de haberle seguido el juego a Abel y se preguntaba por qué nadie llegaba para sacarla de esa terrible e incómoda situación. 

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Dear Readers:

Estuve un poco desaparecida, pero lo prometido es deuda. 

De hecho, subiré capítulos los miércoles y fines de semana. ¿Qué tal? 1313.

Cuídense mucho, mucho. Gracias por sus comentarios, estrellitas y buena vibra :).

XOXO

ME.

BAbel (The Weeknd fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora