Map of Problematique

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El segundo día de trabajo en la capital alemana fue arduo. Desde temprano, todos tuvieron que reponerse rápidamente de la juerga del día anterior y prepararse para las entrevistas y reuniones programadas. Katherine prefería ignorar cualquier tipo de conversación con Abel, ya que con solo verlo se le venían a la memoria lo que había pasado en la discoteca. En realidad, para ambos era difícil e incómodo hablar sobre lo que había pasado.

Todo marchó con normalidad durante la entrevista. Desde la caseta, Katherine apenas tuvo tiempo de divisar un mensaje de Franz para reunirse después del evento y otro de Sal, invitándola a cenar esa noche con ellos. Tanto ella como Abel cruzaron un breve saludo mientras caminaban en direcciones opuestas por un estrecho pasillo del lugar. Es cierto, Abel no hablaba mucho, pero ella sentía que iba ganando su confianza cada vez más.

 Es cierto, Abel no hablaba mucho, pero ella sentía que iba ganando su confianza cada vez más

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Durante la tarde, los chicos se reunieron y comentaron los por menores de la fiesta. Creo que nada le sorprendió y llamó más la atención de la estrella canadiense que el enterarse de lo que López Ponti había hecho durante su ausencia. Nadie, excepto su mejor amigo, notó algo extraño en él después de saber que ella se había besado con un desconocido en la pista de baile.

Ya en el restaurant, se encontraban Sal, Belly, Lamar, Abel, Cash y Katherine. Sería una cena íntima de negocios, en donde por su puesto habría oportunidad de recordar y comentar lo que había sucedido esa noche. 

—Hey, dude... How's Lena?, bromeó Belly mientras todos lanzaban miradas curiosas y murmullos sobre la situación que la alemana y Abel protagonizaron la noche anterior. Excepto Kath, quien no pudo hacer otra cosa más que enfocar toda su concentración y sus ganas en cortar los espárragos que estaban servidos en su plato, como si eso fuera suficiente para detener o cambiar el tema de conversación.

Abel sonrió y agachó la mirada con algo de vergüenza, luego bebió un poco de vino de su copa. Después de carraspear y de pasar la lengua por sus labios, respondió:

—She's fine, dude... all fine, thanks.

—¿Conseguiste su número?, preguntó Cash.

—Oh, apuesto que eso no fue lo único que consiguió, dijo Belly con un tonito burlón.

Mientras reían, otros esperaban que la intérprete dijera algo sobre lo que había pasado esa noche. Sin embargo, ella no sentía tanta confianza como para unírseles y bromear al respecto.

—¿Qué piensas sobre las mujeres alemanas, Kath? Seguro lo de anoche te sorprendió a ti también, ¿no?, preguntó Lamar, quien desde hace un rato tenía una actitud juguetona con ella y Abel.

—Uhmm... well....No quiero generalizar, pero sí fue un poco chocante, porque... uno no suele atribuir ese tipo de personalidad tan espontánea y desinhibida a los alemanes, en general, respondió con un tono calmado, pero seguro.

 uno no suele atribuir ese tipo de personalidad tan espontánea y desinhibida a los alemanes, en general, respondió con un tono calmado, pero seguro

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—Sure... entonces, infiero que el tipo con el que te estabas besando no era alemán, cierto?, sentenció Abel.

Kath sintió el comentario del canadiense con el filo de cien cuchillos en la espalada. Cortó la vibra de la pequeña mesa que compartía con sus colegas y jefes, a tal punto que ni las risas nerviosas y los murmullos de Lamar hacia Abel harían que volviera la armonía a ese lugar.

—Tienes razón. Él era albanés, respondió ella. —Y el chico que me invitó un trago más tarde, era español. Así que... sí, tienes razón.

—Wow...¿Cuál es tu precio?, le preguntó Abel a la chica sin quitarle los ojos de encima con actitud desafiante.

—I beg your pardon?

—I said, what's your price.

—I don't... have a fucking price, Abel, respondió molesta alzando la voz.

Sabía que esa pregunta tenía dos lecturas, porque no era la primera vez que alguien se pasaba de listo e intentaba bromear al respecto. Claro que por el tono y el contexto no se trataba de un comentario inocente. 

—No te equivoques conmigo. Tú me presentaste como tu intérprete y eso fue lo que hice. Soy igual de profesional que todos en esta mesa y exijo respeto.

Nadie dijo nada. Abel solo apretó sus labios con fuerza e hizo un esfuerzo por tragar la saliva. Solo hasta ese momento se dio cuenta de lo lejos que había llegado con sus comentarios y deseó haber permanecido tan silencioso como siempre.

—Y si en realidad estás tan interesado en conocer cuál es mi tarifa de intérprete, puedes consultarlo con mister Slaiby, acá presente. Esta comida terminó para mí. Muchas gracias y disculpen, dijo tomando su chaqueta y retirándose del lugar.

Entonces, reinó el silencio y la incomodidad. Abel no era un hombre de muchas palabras, pero esta vez, sus comentarios se llenaron de resentimientos, celos y machismo.

—I can't believe this shit... dijo Wassim cubriendose el rostro con las manos.

—I'll get her, dijo Belly levantándose de la mesa.

—I'm not hungry, excuse me, dijo Abel dejando la servilleta sobre la mesa, mientras se paraba de su puesto.

—SIT THE FUCK DOWN!, ordenó Sal lleno de rabia, golpeando la mesa. —¿Te parece que esa es forma de tratar a una mujer?

—Tranquilízate, Sal, dijo Cash mirando a su alrededor.

—No, pero...

—¿Crees que puedes llegar, hacer ese tipo de comentarios y luego hacer como si nada pasara?

—No, pero ella...

—Entonces, ¿¡por qué carajo actúas así, Abel!?

—Yo no quería hablar del tema, Sal... pero ella no está aquí para divertirse e irse con desconocidos ¿o sí?

—Claro que no, ¡asshole! Pero todos nos estábamos divirtiendo esa noche. Y... ¿con qué moral vienes a criticar que alguien se vaya con desconocidos? Es verdad lo que ella dijo, ha sido tan profesional como nosotros y está igual de comprometida que todos para que esto funcione, pero tú no pareces verlo.

—¿Por qué la defiendes, Sal?, preguntó Abel frunciendo en ceño, acentuando aún más su cara de desconcierto

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—¿Por qué la defiendes, Sal?, preguntó Abel frunciendo en ceño, acentuando aún más su cara de desconcierto.

—¡PORQUE TIENE RAZÓN!

—...Cálmate, Sal, dijo Lamar, tapando su boca con el puño, fijando la mirada en la decoración de la mesa.

Sabían que Abel se había equivocado con creces. Hasta Abel reconocía que había llegado muy lejos esta vez, pero todos celebraron para sí mismos el saber que esa chica no se dejaría amedrentar ni pisotear por nadie.

Confundido y apenado, Abel se dirigió hasta el Cadillac cts que lo llevaría de vuelta hasta el hotel. Pensando en lo estúpido que había sido, en por qué esa chica tan común parecía importarle, en lo fuerte y decidida que parecía, en lo sexy y segura de sí misma. En cómo no le tembló la voz para ponerlo en su lugar. Y en lo que tendría que hacer para recuperarla.

BAbel (The Weeknd fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora