Valiente (Parte II)

204 9 7
                                    


—Entonces, ¿eres así con todo el mundo?, preguntó Abel dando un nuevo bocado.

—Es decir, sí. Al principio estaba nerviosa por todo esto, nunca había trabajado con alguien del ámbito musical, pero todos me hacían sentir cómoda y creo que también valoraban que no los mirara "como un bicho raro" o los idolatrara. Además, creo que ayudó bastante el hecho de que no soy tu fan.

—¿NO ERES MI FAN?, preguntó Abel alzando la voz, sin disimular tal asombro.

—No, no te lo tomes mal, pero a penas te conozco... me encanta como cantas, me sé algunos de tus temas, pero no me considero una fan.

—Wow, just... wow, dijo Abel agachando la mirada, sacudiendo su cabeza lentamente.

—Algo me dice que no esperabas escuchar algo así, ¿huh?

—The thing is... si me ofendo, vas a pensar que mi ego es más grande que mi guardaespalda, pero si no digo nada... I mean, de todas maneras, creo que es algo bueno y muy inteligente. Profesionalmente tu visión sobre mí no influirá en tu trabajo, y ya que dices no conocerme demasiado, esta es la oportunidad para que me conozcas tal cual soy, dijo buscando su mirada, arqueando una ceja, enseñando una sonrisa coqueta.

—Es exactamente lo que pensé antes de aceptar este trabajo, contestó ella riendo.

Era una noche para sincerarse, para mostrarse tal cual eran y para resolver muchas dudas.

—Tengo otra pregunta, anunció Abel.

Hit it!

—¿Cómo se conocieron tú y Sal y por qué le caes tan bien?

Ella pareció algo sorprendida con la pregunta, pero luego de unos segundos contestó.

—No lo sé, nos conocimos esa noche en L.A, donde había muchas personas de la industria musical... creo que Harry le dio mi contacto a Sal y esa noche nos conocimos personalmente. Y ¿por qué le caigo bien? No lo sé, porque ¿soy amable y hago mi trabajo? No sé qué decir, en realidad. De todas maneras, él también me cae bien, es inteligente, muy sabio, simpático y sabe hacer su trabajo.

Guardaron silencio. Ella no dejaba de pensar en lo que Abel le preguntaba y él parecía inmerso en sus pensamientos, con la mirada perdida.

—Entonces, ¿no eres mi fan?, dijo Abel inesperadamente.

—Wow, Abel... no lo vas a dejar pasar, ¿verdad?, soltó una risa. —Eres un gran artista, un gran cantante, todo el mundo lo sabe, pero ¿no crees que todo sería más difícil si fuera tu fan? Ni si quiera podría verte a los ojos, ni estar cerca de ti, y lo más importante: no podría hablarte. En cierto sentido, para eso me pagan, terminó ella, limpiándose los labios.

—Got it... me gusta que sea así, de todas maneras. Es extraño, pero muy atractivo que una chica no se hiperventile o entre en pánico cuando me ve...

—Wow, that's your ego talking..., dijo ella bromeando.

Así fue avanzando la noche, sin que ninguno de los dos mirase su reloj o algún dispositivo. Nunca había sido tan entretenido sincerarse y hacer reír a un famoso, sin pautas, ni cámaras, ni luces. Por su parte, Abel creía que nunca había sido tan entretenido salir con una chica que no quisiera colgarse de su fama o buscar algún tipo de colaboración. Pensaron en dar un paseo y seguir conociéndose.

—¿Vas a decirme alguna vez de dónde vienes y qué acento tienes?, preguntó el canadiense de forma relajada mientras caminaban.

—¿Por qué estás tan interesado en saber eso?, dijo ella sonriendo e ignorándolo con la mirada.

—Porque eres interesante, respondió él con decisión.

Ella lo observó un momento y en esos enormes ojos solo descubrió genuino interés.

—Mi padre era colombiano. Barranquillero de corazón. Mi madre es de Argentina. Se conocieron, se enamoraron y después de dos años, nací yo, en Chile. Mi papá era marinero, tenía a su cargo un buque de carga en el que transportaban materiales entre países del pacífico. Él murió cuando yo tenía cinco y mi hermano, dos. El barco en el cual iba navegando naufragó.

—Lo siento mucho, respondió Abel conmovido pero muy atento al relato.

—Lo siento mucho, respondió Abel conmovido pero muy atento al relato

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Volvimos a Argentina y meses después llegó Nonni a cuidarnos. Nonni era mi abuela.

Luego de unos minutos de silencio ella respondio.

—Por muchos años no supe responder cuando me preguntaban de donde venía o qué acento debería tener. Soy una mezcla de muchas cosas y no creo pertenecer a algún lugar en específico. Tengo el cabello castaño como mi madre, la forma de mis labios. Los ojos y la nariz de mi papá.

—Ya veo, dijo Abel sonriéndole.

—Tú tienes los ojos de tu madre, dijo ella.

Abel rio nervioso y apartó sus ojos.

—¿Disculpa? No sabía que se conocían, bromeo.

—Vi algunas fotos de ustedes por internet, confesó la interprete sin despegar su mirada de Abel, aunque este siguiera evitándola.

—Bueno, sí... es cierto, dijo aún incómodo por la observación.

—¿Por qué me evitas?, preguntó ella divertida.

—Porque me estás coqueteando, respondió él risueño con la vista al frente.

—¿Qué? No estoy coqueteándote, ¿Qué dices?

—Lo estás haciendo.

—Claro que no. Si te estuviera coqueteando, diría que tienes unos ojos muy bonitos, una mirada intensa y seductora cuando quieres.

 Si te estuviera coqueteando, diría que tienes unos ojos muy bonitos, una mirada intensa y seductora cuando quieres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Oh my god, what the fuck you doing!?

—Well, now I'm flirting with you...or at least, trying.

—Okay, don't do that again..., dijo Abel entre risas, agitando su cabeza con una mano sobre el pecho.

—Fine, sorry... I won't, respondió ella, —But I mean it, dijo la chica en un susurro, guiñándole un ojo cuando éste la miró de frente.

Ambos rieron. Lo que al principio era incomodo no lo fue más. 

BAbel (The Weeknd fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora