What a night

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Abel alucinaba al ver que ambas chicas se acercaban, en lo que para él era una escena bastante sensual. Lena carecía de pudor y coqueteaba descaradamente con The Weeknd. Sabía que la chica que se interponía entre ambos era un triste extra, una extraña que seguramente estaba acostumbrada a que él la utilizara para coquetear con otras mujeres. Así, el idioma ya no sería un impedimento para llevarlas a la cama.

A pesar de estar sonrojada por la absurda situación en la que estaba metida, no podía negar que era excitante.

—Let me show you this, dijo Lena tocando la rodilla de Abel e inclinándose rápidamente hasta besarlo.

Su abrupto reaccionar los descolocó a ambos. Sin embargo, Abel estaba tan perdido esa noche que solo puso resistencia al principio para luego dejarse llevar.

López Ponti sabía que ahí había terminado el juego para ella. Observó unos segundos como la mano de la chica subía descaradamente por el pecho de Abel, mientras él tomaba con fuerza el muslo de aquella rubia de ojos claros. Nadie alrededor parecía preocupado por ella y sus intenciones, ya que seguramente tuvo que dejar sus pertenencias en la entrada del lugar.

Salió de forma discreta y se dirigió a un pequeño balcón. A su paso, notó a Lamar susurrándole al oído a la amiga de Lena y, en otro sillón, Belly y Sal fumaban y reían.

Madre mía, qué noche...

Pensó una vez que le dio la primera probada al cigarrillo que encendió recordando lo que acababa de suceder allá adentro. Se acercó hasta la baranda y observó las brillantes luces de los bares y edificios que estaban a lo lejos. La Fernsehturm y el edificio corporativo de Mercedes- Benz, postales típicas de la capital germana que, a futuro, le recordarían esa inolvidable y bizarra experiencia.

Cerró sus ojos un momento, sin dudas había tenido un día largo y ocupado

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Cerró sus ojos un momento, sin dudas había tenido un día largo y ocupado. Sacó su móvil para escribirle a su madre y hermano que los llamaría pronto. Sabía que no contestarían debido al cambio de horario, pero el mensaje estaría allí cuando despertaran. Miró una de las últimas fotos de Harry y del equipo de Babel, pensando lo mucho que le debía a la empresa por animarla a tomar este nuevo rumbo.

—¿Interrumpo?, preguntó una voz grave.

—Hey! No, claro que no...

Era Belly, quien había llegado hasta el lugar sujetando con un cigarro y un encendedor.

—KLo... ¿qué sucedió allá adentro?, preguntó mientras tenía encendía el cigarro, soltando una risa nerviosa.

—Una alemana quería conocer a Abel... de más cerca. Su inglés no era muy fluido, así que... fui la intérprete de ambos.

La estridente carcajada del hombre hizo que por poco derramara el trago que traía consigo.

—Sí, tal vez para ti sea gracioso, pero para mí fue extrañísimo.

—Siempre puedes decir que no, ¿sabes?, dijo el hombre terminando de reír. —Espero que esto también te lo paguen.

—Eso espero, dijo ella riendo también.

—Oh man, haré que Abel recuerde este momento hasta que me aburra, bromeó.

—¿Cómo está él? ¿Sigue con la chica?

—Los vi en el sillón y luego desaparecieron... No creo que necesiten hablar demasiado.... ¿entiendes?

—....Claro, dijo ella apretando sus labios y frunciendo el ceño brevemente. Luego apartó la mirada y volvió a concentrarse en las luces de la ciudad.

—Anyway, ve a divertirte, girl. Te lo mereces más que nadie después de eso, dijo levantando sus cejas y dándole una probada a su trago.

Al volver a la habitación, todos seguían en lo mismo. Excepto Lamar, Abel y las dos chicas.

Ya en la pista, comenzó a moverse al ritmo de la música

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Ya en la pista, comenzó a moverse al ritmo de la música. Después de unos minutos, el calor de pista y sus pensamientos enrojecieron sus mejillas y entrecortaban un poco su respiración. Pensó en Abel. En sus manos, sus labios, su voz y lo que dijo. En su sonrisa, en todas las veces que lo había visto sonreír. En el fuego de sus canciones. En cómo le erizaban la piel. Pensó en lo que se sentiría tener ese poder. Quiso sentirse igual de deseada. Anhelaba la llegada de alguien que no se contuviera y quisiera besarla sin pausas ni interrupciones.

Tal vez esa fue la razón por la cual se dejó llevar con aquel chico moreno de ojos verdes y cabello rizado, que desde hace un rato la observaba bailar. Dos completos desconocidos buscando zacear sus ganas. Sabía que esa barba y esos labios no eran de Abel, pero qué bien se sentía imaginarlos aunque sea un instante.  

BAbel (The Weeknd fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora