🍗Hawks🍗

3.5K 265 64
                                    

—No, _____, déjalo de una vez ¿si? no va a suceder—

Refunfuñaste de mala gana en tu lugar, buscabas con desesperación algo dentro de ti que te diera fuerza de voluntad para no lanzarte por la ventana ahora mismo, o eso era lo que yo percibía por la forma en que caminabas de un lado a otro, yo por mi parte intentaba que no se notara mi alteración por la pelea que estábamos teniendo ahora mismo, alguien tenía que ser la voz de la razón después de todo, y así como estabas creo que no iba a ser posible que tu lo fueras.

—¿Sabes qué? Sinceramente estoy hasta el jodido culo de esto—

Dejé de mirar mi celular para ver lo que estabas por hacer, mientras yo estaba tumbado en la cama tu abriste la puerta del armario comenzando a sacar la ropa que con el tiempo había acumulado en tu casa, no era demasiada, pero si lo suficiente como para llenar una maleta pequeña, fue ahí cuando me levanté y me acerqué a ti para tomar tu muñeca con algo de brusquedad deteniendote.

—¿Qué crees que haces? —

—¿No es obvio? Quiero que te largues—

—Ah, ¿Enserio? no me digas

—Pues si, así las cosas— Hiciste un fuerte movimiento soltandote de mi agarre como si nada— No quiero volver a verte por aquí, así que será mejor que tomes todo lo que sea tuyo porque una vez que cruces esa puerta no se volverá a abrir—

Tomaste la bola de ropa y con la misma brusquedad con la que te soltaste la pusiste contra mi pecho y me rodeaste para ir fuera de la habitación.

Yo algo anonado por lo rápido de la situación reaccioné segundos después dejando la ropa nuevamente en la cama para ir detrás de ti, cuando te encontré en la entrada de la cocina justamente estabas marcando un número con el teléfono fijo en tus manos, rápidamente dirigí una de mis plumas hacia el teléfono rompiendolo con habilidad, tu reacción apareció segundos después de ver el aparato roto en el piso, apretaste los dientes ardiendo en cólera al igual que tus puños, no fue hasta que me miraste con unas llamas de enojo puro en tus bellos ojos que me di cuenta de la gravedad de lo que acababa de hacer.

—¡¿Cuál es tu maldito problema Keigo?! ¡Estás demente! — Gritaste con un sentimiento que hiciste hasta mis bellos erizar.

Debía admitir que esta vez si me había pasado.

—¡Ya no se qué es lo que quieres de mi! ¡Dime de una jodida vez que quieres! — Tu cara empezaba a ponerse roja, seguramente por el arduo trabajo que estaba haciendo tu sistema respiratorio— ¡Me guardo lo que me molesta, te enojas! ¡Te cuento lo que me molesta, dices que estoy exagerado! ¡Quiero hablarlo con alguien más, impensable para ti! ¡Ya no sé que hacer para tenerte feliz!

Llevaste tus manos a tu cabeza enredando tus dedos en tu cabello para jalarlo, quize acercarme a ti pero rápidamente me detuviste.

—¡No! ¡Quédate ahí! ¡Ni siquiera pienses en acercarte!—

Y como hace mucho no me había pasado, sentí nuevamente esa incomodidad en la boca del estómago, y un feo sentimiento invadir mi corazón, nunca me habías prohibido acercarme a ti, muy al contrario siempre estabas rogando por mi tacto, y ahora pareciera que ibas a destrozarme si siquiera te miraba.

—_____ Cálmate, necesitas calamarte— Intenté aligerar la situación pero parece que solo la empeore más.

—¡No me digas que hacer!— Y con una velocidad que desconocía tomaste un vaso de vidrio que estaba en el escurridor de trastes y me lo lánzaste.

No me fue muy difícil esquivarlo, pero la sorpresa fue mucha, tú no eras aquella dulce persona que había conocido hace dos años y con la que había formalizado una relación hace uno, ¿Dónde había quedado aquella paciencia inquebrantable y esa amabilidad que tanto te caracterizaba?.

Ni en mis más locos y retorcidos sueños hubiera pensado que te pondrías así.

—¡¿Qué esperas?! ¡Largo! —

Tu grito y un nuevo vaso que se dirigía hacia mí me hizo reaccionar, apenas alcancé a agacharme haciendo que se estrelle en la pared detrás de mi, y sin pensarlo más salí de ahí rápidamente, incluso dejándome todas mis pertenecías.

¿Tanto así te había jodido estar conmigo? ¿Tan desgraciado era como para que tú, _____ ______, recepcionista de la agencia de Endevor se pusiera así? Tu siendo capaz de soportar quejas de gente grosera al telefono durante toda una jornada y aún así tener una sonrisa para el final del día, ¿De verdad me habías lanzado dos vasos de vidrio?

No sabía que pensar, le daba vueltas al asunto en mi cabeza.

¿Qué tan insoportable tuve que ser para que reaccionarias así?

Peor aún, que iba a pensar la gente de mi ahora en adelante.

Solo esperaba, con todo mi corazón, que no se te ocurriera hablarle a alguno de tus amigos y contarle todo.

Eso no sería bueno.

Nada bueno.

Escenarios BNHA y tu ⚠️Tóxicos⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora