🌪️Nejire Hado🌪️

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—Vamos ______  sabes que puedes contarme lo que sea, estoy aquí para ti—

—No lo sé Hado, no tengo muchas ganas de hablar de ello... —

—Vamooos, estoy segura de que te hará bien soltarlo—

—No, de verdad, es una idiotez, no te preocupes ¿si?—

Reposé mis mejillas en mis manos mientras te observaba con curiosidad, pues no sabía que era lo que te había pasado como para que tuvieras esta actitud tan distante la última semana.

No era que tuvieras tus ánimos destrozados, o que se viera que patearias a todo lo que se te ponga enfrente, pero algo andaba mal, no rebosabas energía como de costumbre.

Tu por tu parte seguías intentando comer, llevabas todo el almuerzo intentando acabarte ese plato de arroz que casi pareciera que te estabas obligando a terminarlo, tenías una mirada perdida, y estuviste con semblante pensativo todo este tiempo.

Pero te negabas a hablar, y esto me molestaba.

Estábamos en el patio entrenado como todos los días, llevábamos una muy buena amistad así que no era raro que nos juntáramos para hacer equipo, mientras intentaba darte múltiples golpes con mis brazos y piernas hablábamos.

—Enserio _____ ¿Qué pasa?—

—Ya te dije que nada, ¿Qué intentas averiguar?—

—Intento averiguar que te tiene mal, llevamos 10 minutos entrenando y no me has intentado siquiera dar un golpe, a este punto ya me tendrías acorralada—

Era verdad a fin de cuentas, eras parte de los alumnos más hábiles en combate cuerpo a cuerpo, y nunca había podido ganarte, sin embargo ahora parecías pensar en otra cosa, tanto así que estabas teniendo problemas para evitar mis ataques.

—Que no pasa- ¡Ay! —

Y antes de que pudieras terminar con una patada barredora había logrado tirarte al piso, me acerqué a ti para ayudarte a levantarte, tu con resignación suspiraste pesadamente y miraste a otro lado.

—¿Ya me vas a decir que pasa? —

Lo pensaste unos segundos y tu expresión severa se relajó para poder hablar.

—Las cosas no están yendo bien en casa, ya sabes, desde que mi padre se fue... mamá está un poco susceptible, no he podido hablar con ella como quisiera— Rascaste tu nuca y pude notar el color subir a tus mejillas— Estamos teniendo algunos problemas económicos, no es grave, pero voy a estar limitandome en lo que queda del año, lo bueno que solo quedan un par de meses, así podré empezar a trabajar y ayudar aunque sea un poco... —

No pareciera que te afectara demasiado, claro, la situación era dura, quizá yo no podría soportarlo, y realmente no me sorprende que una persona tan fuerte de espíritu como tu lo esté sobrellevando bastante bien.

Sonreí y te di un abrazo animoso y lleno de energía.

—¡No te preocupes! ¡Estoy segura de que todo se arreglara! —

Pude sentir como sonreías por sobre mi hombro y como correspondías mi abrazo.

—Gracias Neji—

Y por primera vez en las últimas semanas te sentí mejor.

Sabía que te haría bien contarmelo, tenías esa fea costumbre de guardarte todo para ti.

Lo pensé durante unos días y te había preparado una sorpresa, le había comentado a gente de nuestra clase que habías estado teniendo algunos inconvenientes, y que te hacían falta algunos recursos.

Pensé, realmente pensé que te agradaría esta sorpresa, pero tu cara al llegar al salón se deformó en un gesto inexpresible.

En tu mesa habían varias bolsas y cajas con víveres y artículos de primera necesidad, todos nuestros compañeros, incluso gente de fuera apoyaron la causa donando algo para ti.

Tu mirabas tu pupitre sin decir nada, todos te observabamos sin mediar palabra pues habías liberado un aura un tanto tenebrosa, negativa, nada que ver a tu actitud de siempre.

—... ¿Qué es ésto?... —

—Es.. Algo para ti _______, Hado nos contó que... Bueno, no la habías pasado tan bien las últimas semanas desde que tu.. padre se fue y... Queríamos ayudarte un poco—

Impresionantemente fue Tamaki quién habló por todos en la sala, tú soltaste un suspiro realmente pesado, pero indescifrable saber que pensabas, pues tu rostro no reflejaba nada.

—Hado, ¿podemos hablar? Afuera.. —

Ni siquiera volteaste a verme cuando te dirijiste fuera del aula rápidamente, yo te seguí sin saber muy bien que estaba pasando, ¿Porqué no estabas feliz?

Cuando estuvimos afuera lo suficientemente lejos para que nadie nos escuchara hablaste.

—¿Porqué? —

—¿eh? —

—¿Porqué se lo contaste a todos?... —Preguntaste dándome la espalda— ¡Dime! ¡¿Porqué lo hiciste?!—

—Yo.. yo, bueno, es que, te habías estado preocupando mucho y yo pensé que.. —

—¿Qué? ¿Qué nesesitaba tanto la ayuda que pensaste que lo mejor era contarle a todos y me dieran algo?... —

Por fin volteaste a verme y pude ver tus ojos bañados en lágrimas, tu cara estaba poniéndose roja y que cada vez pareciera que te costaba más respirar.

—Pero es que-..—

—¡Pero es que nada Nejire! ¡¿En que estabas pensando?!— Alzaste el tono de voz y podía percibir el coraje en esta— ¡Te dije que no era nada grave! ¡¿O es que acaso te dije que me estaba muriendo de hambre?! ¡no!—

Cada vez te ibas alterando más y más, las palabras estaban cargadadas de coraje y hasta cierto punto dolor, una tras otra, tus lágrimas se habían convertido en unas gruesas cascadas que no paraban de salir y tu rostro estaba más que rojo, tus puños apretados y tus hombros tensos, realmente te habías molestado.

Y yo no podía decir nada, no sabía que decir.

—¡Solo dije que tendría que limitarme, y con eso me refería a no salir tan seguido!, ¡no comprar ciertas cosas! , ¡pero nunca dije que necesitará ayuda! —

Empecé a sentir mis lágrimas acumularse en mis ojos, no me gustaba que me gritaras así, estaba sintiendo mucha pena.

—Además...—Tu respiración se empezó a escuchar más pesada— ¿Cuál era la necesidad de decir que mi padre nos había dejado?... —Hiciste una pausa como esperando que respondiera, pero eso nunca pasó— ¡Contesta! ¡¿Cuál era la necesidad Nejire?! —

—¡Lo siento! — Fue lo único que atiné a decir.

—¡Tiene que ser una broma! ¡Siempre lo sientes! ¡Nunca fue tu intención! ¡¿verdad?! — hablabas con tal rabia que me fue imposible no levantar mi rostro para verte— ¡Siempre haces lo mismo! ¡¿Qué te costaba mantenerte callada esta vez?!—

Me mantuve en silencio intentando calmar mis hipidos y mis sollozos, esta vez de verdad había metido la pata.

—¡Lo mismo pasó cuando te dije que me gustaba Mirio! ¡Lo mismo pasó cuando te conté que me golpeaban! ¡Nunca te cuento nada porque no sabes guardar secretos! ¡¿Ahora lo entiendes?! —

Y después de un par de segundos sin recibir ningún tipo de respuesta de mi parte suspiraste y limpiaste tus lágrimas bruscamente con la manga de tu saco escolar y diste media vuelta, comenzando a caminar para irte de ahí, seguramente a tu casa.

Y yo no tuve más que quedarme ahí sin poder hacer ni decir nada.

Pero tu siempre me habías dicho que no era grave, ¿Entonces porqué te molestaba tanto que la gente lo supiera?

Escenarios BNHA y tu ⚠️Tóxicos⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora