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ㅡ¿Ya has encontrado una solución? ㅡpregunta Lucas mientras come de las patatas fritas de su bandeja.
ㅡ¿Para curar tu gilipollez? No, aún sigo buscando.
ㅡNo imbécil, para tu abstinencia sexual ㅡdice elevando un poco la vozㅡ. ¿Has encontrado a alguien que esté bien dotado?
ㅡYa te dije la última vez que no, y no creo encontrarlo, todos la tienen corta.
ㅡ¿Diecinueve centímetros es corta? Enano, ¿en qué estás pensando? No hay espadas de dos metros ahí abajo ㅡLucas conforma una nueva de asco.
ㅡCállate, ya sabes el problema que tengo.
ㅡ¿Y qué? La falofilia no debería impedirte tener relaciones con tíos a los que le mida menos de diecinueve.
ㅡSí que afecta, son mis gustos Lucas ㅡlas mejillas del pelirrosa se encienden. Esto era demasiado íntimo, y a veces le avergonzaba el hecho de saber que tenía falofilia.
De esto se había dado cuenta cuando perdió su virginidad. El primero hombre con quién lo hizo, la tenía de nueve, erecta de once centímetros. Yeonjun, a pesar de haberlo disfrutado, sintió que no había sido suficiente.
Su segunda vez fue con un chico al que le medía dieciocho flácido, y veintiuno erecto. Ahí se sintió pleno, y no quiso volver a saber de los tíos a los que le midiera menos de dieciocho. Por lo menos eso hace un par de meses atrás, donde debido a un tonto reto, tuvo que aventurarse a comprar el dildo más grande que existieran en una tienda online.
Veintitrés putos centímetros.
Era perfecto, por lo que desde que probó aquel objeto, su mente no aceptaba menos de veintiun centímetros. Y por culpa de ese pecaminoso designio, casi no follaba, exceptuando esas ocasiones en que lo necesitaba.
Suspiró frustradoㅡ. No sé qué hacer...
ㅡ¿Por qué no vuelves a utilizar a Rosita?
ㅡ¿En serio le has puesto nombre a un consolador? ㅡYeonjun enarcó una ceja, pero poco asombrado.
ㅡ¿Prefieres que diga consolador en alto?
ㅡEstá bien, pero Rosita está en casa y no voy a pedirle a mi hermana que me lo traiga, tremendo bochorno.
ㅡ¿Irás tú? Si vas el fin de semana, voy contigo ㅡdice el azabache terminando su patatasㅡ. Quiero ver a tu hermana.
ㅡBájale a quinta, por muy amigo mío que seas, por muy hermano de otra sangre que te considere, la llevas clara si piensas que he cambiado de opinión con respecto a lo de tu atracción hacia mi hermanita.
ㅡEs mayor que tú, puede hacer lo que se le cante, además, creo que también le gusto, ¿tú qué dices?
ㅡQué tiene que estar muy ciega como para fijarse en un ogro gruñón como tú.
ㅡ¡Eres mi amigo! Se supone que tienes que apoyarme en mis decisiones.
ㅡY ella es mi hermana de sangre, así que te quedas para segundo plato.
ㅡ¡Eres una mala persona, Park!
ㅡ¡No me digas por mí apellido!
ㅡSoy mayor que tú, respétame.
ㅡMás quisieras ㅡbufó y me levantó de la mesaㅡ. Me voy, las tareas de física no se hacen solas ㅡYeonjun recoge su bandeja, la deja en su sitio y emprende camino hacia la pequeña casa del campus que se le asignó.
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