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—¿Ya estás lista? KiHyun bajó hace más de diez minutos.

—Que espere, ¿por qué tanta prisa?— se estaba poniendo sus sandalias con más calma de lo normal solo por fastidiar.

—Hicimos una cita, debemos llegar puntuales. No estás aplazando la llegada a tu escuela, se trata de una reunión importante— le recordé con seriedad.

—Está bien, entiendo, ya podemos irnos.

Recogió sus lentes de sol del tocador y se los colocó en la cabeza, para por consiguiente encaminarse rápidamente hacia la puerta donde se detuvo a verme.

—Vamos, no querrás ser impuntual ¿o sí?— preguntó con una sonrisa burlesca a la vez que bajaba su lentes para acomodarlos sobre sus ojos, retirándose con una caminata que aparentaba una pasarela.

Cerré los ojos dejando escapar un corto suspiro, conforme los años de convivencia con mi hermana aumentaban, mi paciencia se acortaba, lo cual era un mal indicio considerando que en un futuro seré docente y tendré que lidiar con muchos adolescentes.

La dirección que mi abuela me había entregado por medio de una tarjeta nos había dejado ubicados frente a una heladería.

—¿Estás segura de que este es el lugar?— me preguntó KiHyun.

El señor que conducía el taxi también me miró en la espera de recibir su pago o seguir conduciendo hacia otro destino que le indicásemos.
Le entregué la tarjeta a mi primo para que la leyera por sí mismo, se dirigió al taxista para confirmar que nos hubiera traído a la dirección correcta.

—Es la ubicación que me manda el GPS— nos mostró su celular.

Asentimos y nos bajamos del vehículo después de pagarle lo correspondiente.

—Entremos— nos dijo LeeNi tomando la iniciativa.

Abrió una de las puertas y se adentró a recorrer el colorido establecimiento. Con KiHyun nos acercamos al largo mostrador donde se encontraba la variedad de sabores de helado. La mujer encargada nos sonrió amable.

—Buenas tardes, ¿les tomo su pedido?— nos atendió.

—Buenas tardes, en realidad nosotros estamos aquí por otro asunto. Buscábamos a la señora Kang HyeJu.

Tras escucharme ojeó nuestro entorno, los pocos clientes que habían en el lugar ya disfrutaban de sus helados, sentados en las mesas.

—¿Agendaron una reunión con ella?— preguntó, regresando su mirada a mí.

—Sí, a nombre de Min GyuRi— le contesté.

Revisó algo en el computador.

—Correcto, síganme por aquí.

Los tres nos dejamos guiar por la mujer rubia.

—Es un poco largo el pasillo, lleguen al fondo y encontrarán una oficina, toquen dos veces para llamar su atención, ella los recibirá— nos dió indicaciones después de abrirnos la puerta cuyo letrero encima señalaba que era la salida de emergencia.

Con los nervios a flor de piel avanzamos en camino recto por el pasillo, no era para nada tenebroso, por el contrario, estaba perfectamente iluminado; no obstante, me sentía ansiosa.
Al toparnos con la habitación toqué a la puerta.

—Adelante— escuchamos desde el otro lado.

KiHyun fue quien abrió la puerta, dejándonos pasar primero. El lugar estaba adornado con plantas, algunas de ellas naturales y la gran mayoría falsas. Sentada en uno de los sillones, nos observaba una mujer que no aparentaba más de 40 años.

SACRIFICE || Wonho || / REESCRITA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora