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—No irás— me dijo mi madre con determinación sin despegar la mirada de la estufa, apagó el fuego y levantó el sartén para vaciar el huevo frito en un plato.—Creí haber sido lo suficientemente clara anoche.

—Debo ir, si no entrego la actividad de Sintaxis mi calificación irá restando puntos.

—El semestre comenzó hace dos semanas TaeRi, ese trabajo no debe ser tan importante— me dijo papá, señalando mi asiento en el comedor para que tomara el desayuno con él.

—Eso lo dices porque no conoces al profesor Hwang. Me reprobará.

—No exageres Tae, una inasistencia no afectará tu promedio.

La cantarina risa de mi hermana hizo acto de presencia.

—Finalmente la exagerada no soy yo, mis hombros ya pesaban mucho por cargar el título durante tanto tiempo, te lo presto.

Con sus manos fingió sacarse una corona de la cabeza y colocármela a mí. Después, procedió a dejar un beso en la mejilla de mis padres dándoles los buenos días.

LeeNi por su parte estaba feliz, faltar un día a la preparatoria era un premio para ella.

—Ri-ah, sabes que siempre ha sido así, este evento no es nuevo ni desconocido. ¿Cuál es la diferencia esta vez?, ¿acaso estás saliendo con alguien?— sospechó mamá.

—Si estuviera saliendo con alguien ya se los habría dicho— le respondí de inmediato.

—Es peligroso que salgas de casa hoy, el ciclo se cierra cuando se oculta el sol y reinicia cuando la luna acapara la atención del cielo. Lo sabes hija.

—Por favor papá, te juro que regresaré antes del atardecer, solo necesito ir a las primeras dos clases— supliqué con mis manos unidas.
—¿Cuándo les he fallado? Confíen en mí.

—Confiamos en ti TaeRi, pero no en tus instintos—me contestó papá, extendiendo su mano para agarrar la mía.—No te queremos exponer, ni tampoco a otras personas.

—Yo no sería capaz de eso— enfaticé la última palabra evitando mencionar la acción.

—No lo sabes TaeRi, nunca has estado en la situación. Una vez que el sol se va, puedes desconocerte a ti misma.

—¡Mamá!— estaba frustrada y me encontraba sin argumentos convincentes que lograsen hacerlos cambiar de opinión.

—Déjenla ir— intercedió mi hermana.
—TaeRi ya es una adulta, si algo llegara a pasar se las ingeniará para arreglarlo, es responsable, probablemente más de lo que les gustaría aceptar en esta situación.

LeeNi le dió un sorbo a su chocolate caliente con tranquilidad, como si su comentario no hubiese desatado una gran molestia en mi madre.
Me senté a la par de ella para poder comer, con esa última mirada que nos dirigió a LeeNi y a mí supe que había llegado el momento de ponerle fin a la conversación.

—Hablen, saben que no me gusta el silencio— se quejó mi hermana.

—Puedes ir— escuché decir a mi padre.

Levanté la mirada de mi plato.

—Pero te quiero en casa antes de las seis— me advirtió.

SACRIFICE || Wonho || / REESCRITA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora