Capitulo 12.

580 82 5
                                    

Capitulo 12

Nishimura Riki

Quizás soy sido un idiota por enojarme con papá, él no hizo nada malo despues de todo. Solo ha aceptado un empleo que favorece a la familia. No vivimos en decadencia, pero tampoco tenemos una gran vida llena de lujos, sé que es una oportunidad para poder vivir mejor de lo que hemos vivido en toda nuestra vida, sin embargo, lo uso de escusa. Mi enojo con él es solo una forma de desquitarme, sacar la frustración.

Nunca me ha costado mudarme, pero es distinto ahora. No solo por el hecho de que corea es el lugar donde mejor me he adaptado, también es por mis amigos, por haber hecho finalmente amigos. Por fin he conseguido raros y molestos, pero buenos amigos. 

Miro a papá por unos segundos, antes de tomar mi mochila y salir de la casa. No quiero hablarle, sé qué no podré medir mis palabras y diré cosas que realmente no deseo decir.

Invierno. Que estación más melancólica.

Sin pájaros cantando, viento helado y paisaje sin colores, días cortos y fríos, calles solitarias y silencio melancólico.

Me detengo en la acera y observo la casa del frente, las cortina de los Kim están cerradas. De alguna manera prefiero que sea así, que no pueda ver que hay dentro. Cómo si ver a Sun Woo en su sala fuese la imagen más triste ante mis ojos.

Debo cruzar y aún así, no deseo hacerlo. No me manteniendan, verlo es magnífico. No me gusta mentirle y mucho menos sabiendo que él odia las mentiras.

—¿Qué haces aquí?

—Lo mismo pregunto, Konon— murmuro.

—Esperas a Sunoo. 

—Y tú a Daniel.

—No le he dicho aún sobre... eso —suelta un suspiro— es triste... Que te enamores y te separen de él.

Siento un nudo en el estómago cuando sale de la casa. Se ve adorable hoy.

Camino hacia él, carraspeando para hacer acto de presencia.

—Buenos días.

—Buenos días, Kiki.

No puedo evitar sonreír al ver su nariz rojiza.

—Hoy te ves adorable, eres cómo un osito.

—Mamá insistió en abrigarme con dos jerseys —forma un puchero— tiene miedo a que me muera de hipotermia salgo así.

—Hizo bien —despeino su cabello, se escucha un quejido de su parte— debes cuidarte.

—No hace falta, te tengo para que le cuides.

.
.
.

JongSeong y JungWon se limitan a mírame de vez en cuando, tienen mucho que decir y yo pocas ganas de escuchar.

—JaeYoon, ya pedí perdón un millón de veces— Sunghoon insiste nuevamente— por favor... dame una oportunidad.

—Déjame en paz, Park.

Hoon se sienta a mi lado manteniendo la mirada baja, dejo una palmada en su espalda.

—Sunoo —llama HeeSeung— ¿ya tienes planeado algo para hacer luego de tu operación?

Golpe bajo.

—Mmmmh... primero que nada ver mi hermoso rostro —incluso el enojado Jake rie por ese comentario— solo quiero ver mi hermoso atractivo, no se rían.

—Solo sera una decepción. Estás bien feo.

—No me importa lo que pienses, Park JongSeong, no me importa lo que ninguno de ustedes piense.

—¿Y Riki?

Le miro de manera disimulada mientras tomo refresco. Sus mejillas se ruborizan por completo, pero no responde.

—Siéntete afortunado, Ni-kiriki.

Le muestro el dedo del medio a JongSeong y él sonríe, apoyando luego su cabeza en el hombro se JungWon.

—¿Y bien que haras? —pregunta esta vez Hoon, mientras le ofrece una fresa a Jake, él la rechaza.

—Quiero ir al cine con Riki e ir a un parque de diversiones con él, hacer un maratón de Marvel con Riki y ir hacer galletas con...

—Kiki, sí, ya lo sabemos —interrumpe HeeSeung — todo con Ni-ki.

—Claro que no, también hacer cosas con ustedes.

—¡Seremos los seis fantásticos!

—Somos siete, Jake.

—¿El idiota de SungHoon vendrá?

SungHoon suelta un suspiro, poniéndose pie. JungWon deja un golpe en la cabeza de JaeYoon cuando su cuñado se aleja de nosotros.

—SungHoon siempre habla de cuidar tu bello corazón, y ahora eres tú quien rompe el suyo —hablo de manera distraída.

.
.
.

—Sun Woo.

Se detiene antes de ingresar a la casa.

—¿Qué tienes, Kiki?

—¿Quieres ir a algún lado hoy? —hablo inseguro.

—¿Por qué la invitación tan repentina?

—Quiero pasar tiempo contigo, solo es eso. Nunca hemos salido, siempre estamos en los mismos lugares y no sé, creí que sería algo... lindo salir y hacer cosas nuevas —me arrepiento en instantes, carraspeo— pero creo que es una idea estúpida. No te preocupes. Nos vemos mañana.

Giro sobre mis talones listo para irme, pero toma mi mano.

—Me parece una idea increíble, Kiki.

Una cita.

Una no cita, no le he dicho que es una cita en sí. Para mí lo es. A lo mejor él lo ve como una salida de amigos y nada más, pero yo no quiero verlo así. Aunque no tiene sentido tener una cita si a fin de cuentas, me iré y seré solo un maldito recuerdo de su adolescencia. Se olvidará de mí en unos meses, quizás semanas. Todos se olvidan de mí al final, lo hicieron en el pasado, pasará de nuevo. Y quiero creer que no, que Sun Woo es diferente a todos. Y solo temo sufrir o lastimarlo. Seré el maldito idiota que lastime su corazón, solo un idiota que se irá son despedirse.

Desearía solo... Repetir todo y comenzar de nuevo. Aprovechar cada mínimo momento con él y disfrutar de su dulce y única compañía. Si un deseo fuese capaz de hacerse realidad, solo uno, sería poder quedarme junto a él para ver cómo descubre el mundo. Estar para ver sus logros, sus sueños cumplidos. Estar ahí para darle la mano y ponerlo de pie cuando la vida lo haga caer, para consolarlo cuando necesite llorar y para reír a su lado cuando sus metas se hagan realidad.

Desearía poder simplemente permanecer a su lado y quedarme ahí por mucho tiempo.

Riki del pasado, eres un maldito idiota.

                                 
.
.
.


Serendipity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora