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Capítulo 19:

—Sun Woo, será incómodo al principio. La luz te cegara por unos minutos y luego verás borroso.

Asentí emocionado.

Por fin era el día, me sacarían la venda. Por fin conocería el rostro de mamá, papá, Niel y de todos mis amigos. No menos importante... CONOCERÍA MI ROSTRO

Por el dios Namjoon de la destrucción, que este guapo y no sea un bicho feo. Ser atractivo, ser atractivo

La emoción se reflejaba en cada lugar de mi cuerpo, sentado en una camilla, junto a mis padres y hermano.

—Comenzare a retirarla cuando estés listo—informó el doctor—¿lo estas?

—Lo estoy.

El doctor comenzó a sacar la venda lentamente, y los nervios comenzaron a crecer en mí.

—¡Espere!—exclame.

—¿Qué tienes, hijo?—mamá tomó mi mano.

—Jay y Sunghoon hyungs...

—Estan afuera, junto con Yeonjun, su novio y tus otros dos amigos—informó papá.

—Jake y Jungwon están aqui—sonreí sintiéndome aliviado—p-puede continuar. Lo siento.

El médico tomó nuevamente el extremo de la venda y siguió retirando la tela de mi cabeza.

Desde ese día podria ver...
Era raro y nuevo decirlo, aun no me lo creía del todo. Toda mi vida, desde que tenía memoria, había vivido sin poder ver películas, ir a fiestas o siguiera poder comprar ropa solo. Era algo nuevo, era algo aterrador, sentía la necesidad de huir y esconderme en un pocito, quería esconderme de ese nuevo mundo que conocería.

¿Y si lo que encontraba no me gustaba?

¿Qué tal si resultaba ser tan feo como Jay hyung decía que era?

¿Qué tal si la vida de "no discapacitado" me resultaba difícil y horrenda?

No quería eso.

Quería ser feliz y alegre siempre, pero... ¿Y si poder ver me quitaba esa alegría y felicidad?

—Necesito que cierres los ojos y cuando te diga que los abras, lo harás, ¿entendido?—cerre los ojos y asentí—bien... abrelos.

Seguí la orden y comencé a abrir mis ojos lentamente.

Comencé pestañear levemente. Todos lo que veía estaba borroso, por un momento creí que la operación no había funcionado

Pude escuchar a los leves sollozos de mamá y mi hermano.

Abri los ojos por completo, y como ya se me había sido informado, la luz me cegó, pero luego, la luz deslumbrante y cegadora fue atenuandose lentamente, hasta ya no existir.

Las sombras que solía ver habían desaparecido, para dejar ahora figuras borrosa.

Acostumbrarme, eso debía hacer, acostumbrarme.

—Mamá—Llame con debilidad.

—Hijo, aquí estoy, aquí estoy—se acercó a mí y tomo mi mano.

Gire mi cabeza en su dirección y la... ví. Por primera vez desde hacía diecisiete años, la ví.

Su cabello, sus orejas, su nariz, su boca y sus ojos. Podia verla....
Su rostro tan lindo y sereno, el rostro que había soñado por observar desde hacía tiempo.

Lleve las manos a su rostro y corri el mechón de cabello que caía sobre sus ojos. Pose mis manos en sus rosadas mejillas y limpie las lágrimas con mis pulgares.

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