Capítulo 10: Relatos

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—Tails, mira. 

Miles estaba recostado sobre la mesa de la cocina, Tails se encontraba cenando delante de él, cuidando que el mayor no soltara lo que sea que tuviera en su sopa.

Levantó la mirada sin ánimo. Miles le mostró un anillo de plata con forma de corona, tenía una piedra preciosa en el centro, era pequeña, pero llamaba la atención.

—¿Ya te irás? —preguntó con apatía, cierta envidia—. Qué bien —sonrió un momento y luego volvió a su semblante serio.

—No, idiota, Scourge la robó para mí —explicó mientras lo observaba con atención—. ¿Qué pasó?

—No sé a qué te refieres.

Tails miró el plato a su delante unos segundos y suspiró al no encontrarle gracia, se levantó y llevó la sopa sin terminar a la encimera, se dirigió a la sala para recoger el bolso que arrojó al suelo cuando llegó y subió a su habitación a paso rápido para evitar cualquier interrogatorio por parte de su hermano.

Al ingresar a su alcoba, el bolso volvió al suelo. Tails cerró la puerta y se dirigió al objeto que acababa de soltar para retirar la marioneta y encerrarla en un cajón en el que se encontraban todas las cosas de las que se desharía algún día.

—No sé quién eres —murmuró y repitió mientras sacaba al príncipe Sonic—. No sé quién eres, no te conozco; estarás aquí hasta que yo tenga el tiempo de tirarte a la basura.

El menor forcejeó con el cajón un largo rato, se vio en la obligación de dejar la marioneta a un lado. Cuando lo logró abrir, notó que estaba lleno.

Esa parte del escritorio era el único en el que el polvo se acumuló, solo una nota lucía impecable.

—Esto... —susurró al tomarla—, estaba en mi ventana hace días.

Tails caminó hacia su cama y se recostó para leerla. No tenía una lámpara, pero la iluminación ya era buena.

El príncipe puede esperar, esto parece mucho —pensó antes de dar un bostezo. Sus ojos amanecerían hinchados de tanto llorar, pero era algo que se podía ocultar con una sonrisa y un invento que lo mantendría concentrado—. Muy bien. Esto dice...


Lindo Tails:

¡Seguí tu consejo! Te amo mucho como para molestarte. Usé una balanza, Amy me la prestó, la conocerás algún día, es muy creativa, es mi hermana menor y le gusta El titiritero, pero ni ella ni nadie saben lo que voy a hacer.

En un lado estuvo la felicidad de algunos niños y lo divertido que me resulta manejar a mis creaciones (una pluma), por otra parte, te puse a ti <3 (un ladrillo).

Obviamente ganaste, no sé por qué me tomé la molestia. Terminaré la obra y desapareceré de tu vida, pero aún puedes mentir y decirme que no quieres que pase, ¿bien? =D, tienes estos días, lamento que sean pocos, no duraré mucho sin mis medicamentos, los que te dejé en tu ventana, y también lamento que no sea algo "ético", te quiero mucho y me quieres lejos de tu vida, nada me haría más feliz que verte y hacerte feliz =D, espero que comiences a sonreír, me enterrarán en algún lugar, no lo sé, mi mamá se niega a decirme dónde.

No es correcto que le haga esto, pero siento que la alegré todo lo que pude, pero a ti no, noté que no podré estar contigo el tiempo que me hubiera gustado, tuvimos que empezar desde cero cuando conocía todo de ti y tú no sabías nada de mí : (

Y sobre las pastillas y esas cosas, puedes botarlas, solo quería darte una prueba de que dejaré todo lo que me mantenía con vida por tu felicidad =D

El titiriteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora