Capítulo 01: síndrome del corazón roto.

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Zack Dumber.

¿Qué pasa cuando si la muerte y el amor se abrazan? ¿El amor se muere o se enamora de la muerte? Tal vez, solo tal vez, la muerte moriría enamorada y el amor amaría hasta la muerte

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¿Qué pasa cuando si la muerte y el amor se abrazan? ¿El amor se muere o se enamora de la muerte? Tal vez, solo tal vez, la muerte moriría enamorada y el amor amaría hasta la muerte.

Eso es lo que pienso cuando salgo del cuarto donde muchas personas han dado su último respiro.

—¿Familiares del señor Morgan? —pregunto en la sala de espera observando toda esta.

¿Cuántos familiares morirán hoy? ¿Cuántos familiares están a la espera, con el corazón en la garganta?

—Nosotros. —una mujer ya grande y un chico de unos dieciséis años se levantan de las primeras dos sillas y se acercan a mí.

A la mujer ya se le notan las arrugas en sus mejillas y las ojeras, demostrando que en todo este mes no ha dormido casi nada.

Me humedezco los labios y suelto un suspiro.

¿Qué será que está pasando por la cabeza de ellos dos? ¿Cómo reaccionarán?

—Su esposo ha fallecido.

Y mi voz sale tan fría que la señora se queda procesando lo que le dije. Se que fue un golpe a su "realidad alterada" a esa realidad donde ella y su esposo junto con su hijo salían de acá dando brincos de emoción, pero es mejor tener los pies en la tierra.

El hombre estaba demasiado enfermo, tenía varios paros cardiacos a cada instante desde hace días; todos sabíamos que no iba a sobrevivir durante mucho tiempo. Muy en el fondo, ella también lo sabía.

Su voz sale monótona diciéndome un simple "okey", sus ojos no se llenan de lágrimas, pero si de un vacío; el vacío de una perdida. Sus manos están en su pecho.

Miro al chico a su lado que no tiene ninguna reacción, pero su mirada lo dice todo; está feliz. Esta feliz de que su padre se haya muerto.

La mujer se da vuelta y sin decir nada sale del hospital; no le importa que llueva, simplemente se para en la entrada dejando que la lluvia empape su vestido blanco y suelta un grito.

Un grito que te desgarra el alma.

Un grito de dolor.

Un grito de muerte.

El hijo me mira y yo volteo a verlo a él asintiendo con la cabeza, el niño se aleja y va por su madre quien está agachada negando con la cabeza.

Miro la escena tan melancólica; tan dolorosa.

Volteo a ver hacia la sala donde otra pareja se está abrazando mientras la doctora Sarahí le da la noticia de que serán padres.

Suelto un suspiro y miro la hora observando que faltan nos minutos para mi salida, por lo que me dirijo hacia el cuarto de densanso y me quito el estetoscopio para dejarlo a un lado mientras me sirvo un café, pero antes de poder darle un trago, entra la enfermera Jaqueline con la respiración agitada y un poco despeinada por venir corriendo.

hasta las lágrimas se secan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora