[BORRADOR]
Sabía que te ibas a ir.
Sabía que tu partida iba a doler...
Pero aún así me arriesgue a amarte,
Y no me arrepiento.
Cuídate y descansa; que yo tengo amor para los dos.
PROHIBIDO PLAGIO Y/O COPIA.
Comenzada: 04/05/21
Publicada: 31/03/24.
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ZOÉ.
Han pasado casi dos meses desde que me encuentro en el hospital. Es tres de junio, el día es algo fresco peor no tanto. Con la poca fuerza que siento en el cuerpo me levanto de la cama y con pequeños pasos no tan rápidos me dirijo hacia la sala de quimioterapia.
La semana pasada que pasé por aquí no me encontré con la señora Emma y espero poder encontrármela hoy para poderle contar todo lo que me ha pasado.
Con Zack, decidimos detener la lista un tiempo ya que el hospital se empezó a llenar de pacientes y lo necesitaban casi todo el día atendiendo a los pacientes y cuando no trabajaba, venía a verme.
Cuando entro a la sala de quimioterapias busco a la mujer, pero no la encuentro. Ahora hay dos mujeres nuevas, una más joven que la otra.
Una chica de unos dieciséis años me llama con su mano. Frunzo el ceño, pero me acerco a ella con delicadeza y me hinco ante ella.
—He visto que vienes a visitar a Emma. Hoy si vino, pero se sintió mal y tuvieron que ponerle varios tubos por todo su cuerpo, pero antes de irse me pidió que te diera esto. —saca una pequeña carta y me la da.
Le agradezco por ello con una sonrisa, me levanto y me voy a mi cuarto.
Cuando llego a mi cuarto me siento en la orilla de la cama con la carta entre mis manos. Aprieto los labios, sin querer abrirla, desenvuelvo la carta entre mis manos y una letra en cursiva y legible me sorprende.
"Querida Zoé.
Mientras las estrellas pintan el cielo con su destello eterno, quiero compartir contigo una verdad profunda que yace en nuestra conexión. En esta vida, he recorrido muchos caminos, algunos llenos de luz y otro oscurecidos por la sobra de la enfermedad.
Al mirarte, querida, veo un reflejo de mí misma. Comprendo tus temores, tus dudas y tus anhelos porque también he caminado por ese mismo sendero. Pero quiero que sepas que, incluso en la oscuridad más profunda, hay belleza que aguarda ser descubierta.
Mi querida Zoé, sé que el reloj de la vida no se detiene para nadie y mi tiempo aquí pronto llegará a su fin. Te pido que no temas, aunque mi presencia física pueda desvanecerse, mi espíritu estará siempre contigo. No llores por lo que está por venir, mi pequeña Zoé, porque la muerte no s el final, sino el principio de una nueva aventura.
Mientras nos preparemos para emprender nuestro viaje más allá de los confines de este mundo, recuerda que somos parte de un tejido más grande, una red de amor que nos une a todos. Que encuentres consuelo en la belleza efímera de la vida y esperanza en la promesa de la eternidad.
Mi momento está por llegar, como el susurro del viento que anuncia la llegada de la noche. No temas, pequeña Zoé. No temas por mi partida, pues en cada estrella que brille en el cielo, encontrarás un destello de mi amor que nunca se desvanecerá.