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Lunes.
Many entro al apartamento de su amigo, descolgó su mochila y la dejo en un sofá cercano. Sus mejillas adquirieron un rojo intenso en cuanto vio al chino sin camiseta paseándose en la cocina tranquilamente. Estaba vestido solamente con el pantalón del uniforme y llevaba su rubio cabello revuelto. Era un aire tan fresco y relajado.
¿Cómo podía hacerle eso a sus hormonas o su corazón?
Many cerró los ojos y pensó en algo lo suficientemente poderoso como para despejar cualquier ilusión o pensamiento de chica enamorada, y el recordar el nombre de Park Jiyeon fue más que suficiente.
Jackson inmediatamente sintió que lo observaban, este asomo su cabeza por la isla de la cocina y le sonrió a su amiga con alegría y buen humor. Many simplemente alzo una mano en señal de que ya estaba ahí.
—Siéntate, en un momento te alcanzo. — grito el chino desde la cocina. Many negó resignada y tomo asiento en el comedor para dos personas que Jackson tenía. Al ser ellos dos contra el mundo jamás hicieron falta tantos lugares en un comedor o sala.
—Por un momento pensé que había llegado demasiado temprano, pero viéndote está claro que te quedaste dormido. —dijo Many soltando un suspiro, francamente ya se lo esperaba. Las palabras Jackson y madrugar no se llevaban juntas en una misma oración.
—¡Lo siento!
Many bufo y paseo su mirada a todo lo que había en la mesa, no eran la gran cosa, pero estaba satisfecha con todo lo que veía. Había un cuenco de fruta picada como manzanas, duraznos, plátanos, granola y nuez en cada respectivo lugar y con una gran diferencia; en el cuenco que estaba en lugar de Jackson había bastantes fresas y en el de Many había más duraznos. No pudo evitar que sus comisuras se levantarán cuando vio la gran jarra llena de delicioso jugo de zanahoria.
—Es tu favorito. —dijo Jackson cuándo salió de la cocina. Se puso la camisa del uniforme y la abotono rápidamente para después dejar los dos platones de cereal de fibra con hojuelas de chocolate.
—Cuándo te dije que hoy quería desayunar en tu apartamento esperaba unos huevos revueltos o algo más, pero creo que esto es mejor. —se sirvió un poco de jugo en un vaso, lo olió y después alzó el vaso en su dirección dándole un sorbo. —Delicioso. —dijo a punto de un orgasmo.
Jackson empezó a carcajearse de la nada, la pelinegra lo miro extrañada, pero al final terminó riéndose, aun desconociendo el motivo del cual se reían. La risa de Jackson era escandalosa y llena de alegría que siempre terminaba siendo contagiosa para Many.
