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Many
Solté un gruñido casi animal cuando sentí los rayos del sol golpeándome los ojos.
Estiré mi brazo y tanteé en todos mis cajones en busca de mis lentes oscuros, pero lo único que pasó es que terminé cayéndome de la cama. Solté un quejido por el golpe seco en la espalda y me quedé unos momentos mirando el techo con expresión derrotista. Siento un hoyo negro en mi mente, la cabeza me duele horrores, la luz del día me esta irritando, tengo mucha sed y si con eso no fuera suficiente me hormigueaba la cara y me dolía el cuerpo como si hubiera hecho demasiado esfuerzo físico.
Puse mi mano en las cobijas y las jalé para poderme levantar del piso, ya que mis piernas estaban entumidas. Cuando puedo incorporarme de nuevo en la cama, me sorprendo de no ver a Jackson a mi lado y que la cama no estaba destendida.
No recuerdo como llegue a mi habitación o a la casa. Dios, esto es tan confuso.
Parece ser que caí dormida y de cobija usé una manta, mi saco de ayer y la chamarra de Jackson. Me puse de pie otra vez para cerrar la ventana y persianas, caminé con traspiés al baño. Mis ojos se abren con sorpresa, lo primero que veo es que en mi cabello hay unos extraños grumos entre unos mechones, creo que es vómito, realmente no quiero averiguarlo, mis ojos están hinchados y mal despintados.
Y joder, mi aliento huele horrible.
Ya no era diva, perra, empoderada e indomable que salió de casa ayer. Si pudiera comparar mi apariencia en estos momentos con un personaje animado, definitivamente, sería Lulu de cartón de Draw together.
Doy un respingo y muevo la cabeza a los lados.
Agarro mi cepillo, le pongo demasiado dentífrico y me lavo los dientes durante un tiempo prolongado. Mientras mi boca y barbilla se llena de espuma verde, mi cabeza trata de unir los flashes que recuerdo.
—¿Qué carajos sucedió anoche? ¿Por qué no puedo recordar nada? —me pregunté en voz alta.
Escupí la espuma, me enjuague la boca y me lave la cara para despabilarme. Me cambié el costoso vestido y me puse unos shorts, una blusa azul cielo, unos tenis. Me dejó los lentes puestos que previamente me había querido poner y como tenía demasiado calor me recogí el cabello en un chongo.
El sonido de mi celular me hace salir de mi trance. Decenas de notificaciones de Instagram y otras aplicaciones se muestran en la barra de mi móvil, unas se deslizan por encima de otras, pasan tan rápido que no puedo leerlas. Mis cejas se juntan, hay cosquilleo ansioso y temeroso en mi estómago, me quitó los lentes y con temor de haber hecho una estupidez abro una notificación al azar de Instagram.
