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Chan puso todo lo que encontró delante de la puerta, pero le sorprendía la fuerza con la que Wiseoji golpeaba el cerrojo. Estaba mucho más que desmedida. Esa era una casa que no había sido habitada en años, todo estaba gastado, oxidado, pronto se caería y ella solo tendría que empujar las cosas para entrar. 

Miró a su alrededor, buscando algo para tener en la mano y defenderse. Tomó una botella y se quedó junto a Yujin, verificando su herida cada cierto rato.

—Tengo miedo Chan. Tengo mucho miedo.- dijo ella. El mayor acarició su cabello, abrazandola, tratando de evitar el temblor en sus manos. Quería largarse a llorar como un niño pequeño, quería gritar por ayuda y llorar. Pero debía ser fuerte por Yujin, tenía que cuidarla hasta que llegara la ayuda.

—Tranquila, estaremos bien.- aseguró. Aunque realmente no estaba seguro, y cada golpe que hacía a las cosas en la puerta rebotar, le quitaba aún más la seguridad. - ¡Wiji basta!- pidió, sonando más angustiado de lo que le habría gustado. - ¡Por favor detente!-

Escuchó la puerta de la entrada, pero no era Wiseoji.

— Wiji, ¿Qué haces?- preguntó Jisung casualmentr, cerrando la puerta, quedándose delante de esta para meter el clavo en la cerradura y trancarla. Ella detuvo el martilleo y lo miró, soltando el martillo, acercándose a él. Lo abrazó, escondiéndose en su pecho. Jisung tembló por completo pero la rodeó con sus brazos. - ¿Qué hacías con ese martillo?- preguntó dulcemente, haciéndose el desentendido.

—Oh... Yo... Esa puerta esta atorada y quería abrirla pero.. No importa, vámonos de aquí Sungie. - dijo, dándole un beso, apresando sus labios. Jisung trató de seguirlo, muerto de miedo por dentro.

—Espérame un momento, bebé, iré a orinar, ¡no aguanto! por mientras arregla tus cosas para que vayamos a casa.- dijo con gracia, acariciando el rostro de Wiseoji, evitando su mirada. Ella asintió. Jisung caminó hasta el fondo del pasillo y piso el martillo, fingiendo tropezarse y caer de rodillas, deslizó el teléfono de Jeongin por debajo de la puerta, con algo de fuerza, para que Chan lo notase y leyese la nota
"cerré la puerta delantera, la de atrás estará abierta, dile a la policía. "
El mayor lo vió y se acercó rápidamente, marcandole al detective. Enviándole mensajes. Sin hablar muy fuerte.

. - Mierda me pegué. - dijo Jisung y rió, poniéndose de pie, dejando el martillo a un lado. Salió al patio y se quedó unos segundos, volvió a entrar dejando la puerta abierta hasta atras, sonriendole a Wiji. Ella tenía la mochila colgada al hombro, y estaba tan fuera de si, que no se preocupó por estar con su uniforme manchado de sangre ni su cabello desordenado. Jisung debía ganar tiempo con ella ahí, tratar de dejarla encerrada en la sala de estar. Se acercó y atrapó su boca, sujetando su cintura con fuerza para evitar que tiemblen sus manos. Wiseoji se abrazó a su cuello, dejando que Jisung la besara. - Ninguno de los chicos vendrá aquí, ¿verdad?-preguntó en su oído, tragando saliva. Ella negó y Jisung asintió, apoyando la espalda de la muchacha contra el sillón. 

—Te amo Jisung.- dijo, acariciando el rostro del joven. Jisung le sonrió y la beso otra vez para distraerla, desabrochandole la camisa. Wiseoji le repetía que lo amaba cada vez que le era posible, aferrándose a él.

— Yo también te amo.- le mintió Jisung, levantando su falda. No iba a llegar a esos extremos, pero necesitaba ganar tiempo. El mayor tiempo posible.

—Ya están muertos Sung... Podemos fingir que nada pasó y seguir. ¿Te gustaría eso?- dijo, acariciando su mejilla. Jisung asintió y le sonrió.

—Olvidemos todo lo que pasó y sigamos como antes..- dijo, besando su frente. - Fue un error lo que hicimos.- dijo.

—Si... Olvidémonos de ellos, Jisung.- dijo, abrazandolo. Aunque en su cabeza, solo podía pensar en Minho, su mejor amigo, cantandole para hacerla feliz. A Yujin besando su cabeza y diciéndole que todo estaría bien. Que estaban juntas y no la dejaría por nada del mundo.

Trouble.- Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora