Todos tenemos enamoramientos de celebridades, ¿verdad? Por supuesto que sí, lo mismo ocurre con Lisa Manoban, quien, ella misma, también es una celebridad.
Pero, ¿qué sucede cuando Lisa, una de las actrices estrellas más importantes de Seúl, conoce...
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Pov_Lisa.
Salimos del baño y caminamos hacia la cocina. - ¿Qué puedo hacer para ayudarte? - Le pregunté, viendo a Jennie tomar artículos de su refrigerador y despensa.
– Siéntate ahí y luce bonita – Dijo con una sonrisa.
– Puedo hacer eso mientras te ayudo – Dije, con una mirada esperanzada en mi rostro.
– ¿Qué tal si esperas sentada? –
– Pero.. – comencé, caminando detrás de la isla hacia Jennie. Dejó de precalentar el horno y puso sus manos en mi pecho.
– Sin peros. En serio Lisa. Aprecio tu oferta, pero cocinaste la cena para mí, y ahora es mi turno de cocinar para ti. Así que, siéntate y déjame hacer esto –
Suspiré derrotado. – Bien. Pero solo porque lo preguntaste –
La mujer mayor se rió entre dientes. Caminé de regreso al otro lado de la isla y me senté en una de las sillas.
– ¿Vino? – Preguntó Jennie. Estaba a punto de responder, pero antes de que pudiera, Jennie interrumpió. – Oh, espera no, no puedes beber a partir de hoy debido a la dieta. ¿Agua?– La mujer de cabello oscuro tenía una sonrisa malvada en su rostro.
– Uf en serio. ¿Tienes que recordármelo? El agua sabe horrible – Ella se rió de mi respuesta.
– Supongo que sufriré contigo. Pero solo por esta noche. Después de eso, estarás por tu cuenta – Dijo, llenando dos vasos con agua helada.
Le sonreí agradecida y tomé un sorbo. – Qué noble de tu parte –
– Si – Dijo con falso descaro.
Observé durante los siguientes minutos mientras ella chamuscaba el bistec. Lo metió en el horno y empezó a hacer la ensalada.
– ¿Puedo hacerte una pregunta?– Preguntó, haciendo una pausa en su corte para mirarme.
– Ya lo hiciste – Respondí con una sonrisa descarada.
– Cállate – Dijo, tirándome juguetonamente un trozo de lechuga.
–¡Oye! – Me reí, metiéndome la lechuga en la boca. – Está bien, ¿qué pasa? –
– ¿Por qué no me pegaste mientras estábamos boxeando? –
Me encogí de hombros, sin saber realmente qué decir.
– No tienes que decírmelo – Dijo Jennie. Le dediqué una pequeña sonrisa.
– Supongo que no quiero lastimarte. Ni físicamente, ni mentalmente. De ninguna manera. Quiero que te sientas segura, cómoda y protegida a mi alrededor. Diciendo esto ahora ...– Me reí entre dientes, haciendo una pausa para recoger mi pensamientos. – Sé que probablemente suena estúpido. Sé que es solo un juego y en realidad no significa nada, pero tengo miedo de hacer cualquier cosa que pueda hacerte sentir ... no sé ... –
