Todos tenemos enamoramientos de celebridades, ¿verdad? Por supuesto que sí, lo mismo ocurre con Lisa Manoban, quien, ella misma, también es una celebridad.
Pero, ¿qué sucede cuando Lisa, una de las actrices estrellas más importantes de Seúl, conoce...
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Pov_Jennie .
Me desperté a la mañana siguiente en una cama desconocida, en una habitación desconocida. Inhalé e inmediatamente el delicioso aroma de Lisa llenó mi nariz. Los recuerdos de la noche anterior volvieron y sonreí.
Me senté y miré a mi alrededor, notando que Lisa no estaba aquí. Me levanté de la cama y fui al baño en su suite antes de bajar las escaleras. La casa estaba en silencio y estaba iluminada por el sol de la mañana, que entraba por las enormes ventanas.
Entré a la cocina y no vi señales de Lisa. Entré en la sala de estar y la vi.
Estaba dormida en el sofá, una manta peluda se le caía. No pude evitar la amplia sonrisa que se formó en mi rostro.
Esta mujer es realmente asombrosa. Primero prepara una cena increíble, luego me lleva por las escaleras mientras duermo. Ella me deja dormir en SU cama. Y ella se sacrifica y duerme en el sofá.
Ningún hombre con el que he salido me ha tratado de esta manera. Siempre quisieron algo de mí. Normalmente era sexo.
Aunque Lisa. Ella estaba dispuesta a esperar y llegar a conocerme.
Pov_Lisa.
Lentamente comencé a despertarme. Podía sentir los ojos de alguien sobre mí y lentamente abrí los míos. Vi que Jennie estaba despierta y rápidamente me senté, frotándome los ojos. – Oye – Dije, mi voz súper profunda y ronca por el sueño.
Ella pareció salir de sus pensamientos cuando hablé. – Buenos días. ¿Qué estás haciendo aquí abajo? –
No pude evitar admirar la sonrisa en su rostro.
–E-uh, bueno, te quedaste dormida y no quería dormir en una habitación de invitados, así que te llevé a la mía. Um, no quería que te pasaras algo o que te sintieras incómoda o que sintieras que estaba tomando ventaja de ti o algo así, así que me quedé dormida aquí –
Nos miramos a los ojos. Sus orbes marrones estaban llenos de lo que parecía adoración.
– Lisa... – Exhaló en voz baja. Le sonreí. – Quieres... quiero decir que no tuviste que hacer todo eso por mí. –
Fruncí las cejas en confusión. – Por supuesto que sí. Es lo correcto. Quiero que siempre te sientas segura, cómoda, valorada y respetada. Pase lo que pase. Es lo menos que te mereces –
Ella no dijo nada y me preocupé de haberme dado un paso. – Jen —
– Gracias – Ella interrumpió.
– ¿Yo que? –
– Gracias Lisa Nunca nadie me había tratado tan increíblemente como tú. La mayoría de las personas, los hombres, con los que salgo solo quieren sexo. Nunca se tomaron el tiempo para hacer algo especial. Tú lo hiciste. Y estoy muy agradecida por eso –
