Capítulo 34

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Capítulo 34



Por un momento creí que mi corazón dejo de latir, pero seguía parado en la calle con mi celular pegado en la oreja, escuchando y reproduciendo en mi cerebro una y otra vez las palabras que había pronunciado Thomas.

¿Psiquiatra?

¿Me había conseguido uno para mí?

¿Ya estaba confirmado?

Totalmente inútil, lo mío no tenía tratamiento estaba en ruinas, realmente perdido... pero nadie sabía que todo mi cerebro estaba anulado y tenía el objetivo de asesinar a personas, sacar vidas inocentes.

Pero ese era mi mayor secreto.

Mi madre se había cansado de consultarlo con esas personas que estudian esa carrera en vano, porque la verdad que no pueden ayudar a ninguna persona con ningún tipo de problema, una vez que la mente está dañada lo está.

No se puede hacer nada, naciste de esa forma, creciste de esa forma, nadie va a poder venir a imponerte que hacer o que pensar, porque eso lo tienes que hacer tu solo y las personas... somos complicadas cuando nos dicen que tenemos que hacer.

Mis pies estaban temblando y empecé a sentir calor en mi cuerpo.

— ¿Stanley?

Tenía que pensar algo para no tener mi primera sesión con el psiquiatra.

Thomas.

Tenía que manipularlo.

Él me amaba, yo le tenía asco pero podía fingir que lo quería, decirle ese tipo de palabras idiotas que se dicen las otras personas y fingen que todo está bien cuando inclusive quizás no se pueden ni ver.

Pero así es como funcionan las cosas en este mundo patético e hipócrita en donde la gente juega a ser buena con las otras personas.

— ¿Stanley?

No respondí.

Mire el celular e inmediatamente corte el teléfono.

Momento de ira en el cual no podía hablar con nadie porque diría lo que pienso y ahí sí que sería mi último día en la agencia de modelaje.

Tenía que tener toda la paciencia del mundo. Actuar como una persona realmente inteligente lo que era.

Trague saliva, sentí un pequeño dolor y me agarro inmediatamente dolor de estómago. Me acomode los lentes de sol y continúe caminando lentamente hasta alejarme por completo en la tienda de armas.

Luego doble y agarre por otro camino para alejarme lo más posible de esa tienda. La bolsa no era transparente así que no había evidencia de lo que había comprado.

Por suerte, no tuve problemas para comprar el arma en la tienda, solo que cuando me estaba cobrando el dinero me pidió el documento para saber que tenía más de dieciocho años y si, por suerte, tenía diecinueve años y ya era dueño de hacer todo lo que se me ocurriera, lo cual era bueno que le plantee a Thomas que no quería un psiquiatra.

En sí, no quería porque podía detectar una de mis tantas enfermedades de la cabeza y podría derivarme a un psiquiátrico.

No quiero.

Mi madre estaría encantada de firmar los papeles para que me encierren allí adentro, así no tenía que preocuparse más.

Tome mi celular y marque el teléfono de Shaw para que me llevara a mi apartamento, y poder descansar un poco porque el dolor de cabeza estaba volviendo.

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⏰ Última actualización: May 04, 2021 ⏰

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Descubriendo El Color De La Sangre (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora