FOREVER (KOOKGI) +18

Capítulo 8: "Aromas mezclados, el lazo se hace más fuerte"

Los pasos gráciles y rápidos de Yoongi bajando las escaleras de su hermosa casa resonaron por toda la sala, donde su madre y su hermano mayor se encontraban sentados conversando, hasta que escucharon a Yoongi.

—¿A dónde vas? —preguntó la dama con algo de curiosidad y un deje de desconfianza por lo apuesto y arreglado que lucía su hijo menor.

—Almorzaré con Seokjin y con Hoseok —respondió Yoongi con total calma, mientras se acomodaba el fino abrigo de piel en color negro, a su vez, que caminaba hacia la entrada principal para buscar unos zapatos que ponerse.

—¿Con tus amigos del colegio? ¿Hace cuantos años no sales con ellos?—preguntó la mujer de nuevo.

—No sé, Jin me llamó ayer para vernos, creí que no querría hablarme nunca más en su vida cuando supo que seguía acostándome con Minho, pero supongo que ya debe saber sobre Jung Kook —explicó Yoongi con absoluta calma, mientras volteaba a mirar a su madre y a su hermano.

—¿Y qué irá a hacer Hoseok allí? —preguntó Jaebum con preocupación, pues era bien sabido que el dulce y sonriente Hoseok, un felino con genes de lince, era de todo menos conflictivo.

—Será el intermediario, por aquello de que Jin y yo terminemos gritándonos y maldiciéndonos como la última vez que nos vimos —comentó Yoongi mientras colocaba una bufanda en su cuello y acomodaba con uno de sus dedos sus lentes para ver.

—Bueno, no pelees más con tu amigo, menos por ese hombre que no lo vale —le dijo Jaebum poniéndose en pie para mirarlo mejor —Y saluda a Hoseok de mi parte, hace mucho que no lo veo.

— Ahora que tienes a Jung Kook todo se resolverá con tu amigo, es genial ¿no? —comentó la madre mirándolo con felicidad.

Yoongi volteó a mirar a su madre y con una risilla que parecía más un bufido, dijo:

—Si tú lo dices —tomó las llaves de uno de sus autos y mirando de nuevo a su madre, y a su hermano, agregó —, nos vemos.

—Cuídate y no hagas nada estúpido que pueda causar que tu amigo se moleste de nuevo ¿me oyes? Regresa directo a casa o ve a buscar a Jung Kook al colegio si quieres, pero que no se te ocurra ir a buscar a ese imbécil —dijo Jaebum.

—No iré a buscarlo, maldita sea, Jaebum, tengo un mes de no verlo, ya relájate —espetó Yoongi con fastidio ante la intensa mirada de advertencia de su hermano mayor, quien con voz clara dijo de nuevo:

—Pues que bueno.

Yoongi resopló molesto y mirando a su madre de nuevo, dijo:

—Me voy, adiós.

La puerta se abrió y Yoongi se marchó. En ese momento, justo en ese instante, el celular de Jaebum comenzó a vibrar. Miró la pantalla de su celular y con una sonrisa divertida en sus labios, dijo:

—Hola, Kookie.

—Dios, no me llames así, me produces escalofríos —replicó Jung Kook al otro lado del teléfono.

Jaebum rió, mientras volteaba a mirar a su madre, quien sonriendo también, dijo:

—¿Es Jung Kook? Dame, quiero hablar con él un momento.

—Hey, Jung Kookie, mi madre quiere hablar contigo —dijo Jaebum un segundo antes de darle el celular a ella, quien con la misma sonrisa en sus labios, tomó el teléfono y dijo animada:

—Jung Kook, hijo, te prepararé algo delicioso para cenar, así que aquí te esperamos ¿sí?

—Iré en cuanto salga del colegio —dijo Jung Kook con voz feliz, al mismo tiempo que estruendosas voces se escuchaban a lo lejos, las cuales se notaban jóvenes y ruidosas.