Capítulo 8

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-Hola papá-. Dije descolgando el teléfono.

-Hola hija, ¿qué tal esta semana? ¿Preparada para volar mañana?-Dijo mi padre con ánimo.

-Sí, ya tengo las maletas preparadas, y creo que Lucy también, aunque tengo que hablar con ella-. Respondí.

-Vale, recordad que salís a las diez de la mañana-. Como siempre, me trataba como a una niña que no sabía nada.

-Lo sé, lo sé-. Dije con cansancio.

-Una última cosa, tengo que hacerte una pregunta-. Sabía de lo que me quería hablar.

-Claro, dime.

-He visto unas imágenes en los periódicos italianos, ¿me las puedas explicar tú?- No sabía cómo interpretar su tono, por un momento me parecía que estaba enfadado.

-Bueno, digamos que las imágenes no mienten esta vez papá, George y yo hemos comenzado una relación-. Aquellas explicaciones las di con más miedo que vergüenza.

-¿Y cómo es que no me lo has dicho antes?- Su tono esta vez era feliz, aunque un poco indignado.

-Bueno, es que he estado muy ocupada-. No sabía qué responder.

-Mañana cuando te vea ya me estás contando todo, y me le presentas-. Siempre imponía reglas.

-Pero si ya le conoces-. Repliqué.

-Me da igual, me le presentas formalmente. Como tu pareja. Me tengo que ir, nos vemos-. Dijo él despidiéndose.

-Está bien papá, adiós-. Seguidamente colgué.

Nada más terminar mi conversación con mi padre, abrí el WhatsApp para mandarle un mensaje a George:

Mía:

Mi padre te quiere conocer, mañana vamos a verle cuando lleguemos a Italia, ponte guapo.

George:

Más guapo aún? Eso es imposible, pero bueno, por el suegro lo que haga falta ;)

Mía:

1- No es tu suegro.
2- Nada de tonterías o esto se va a la mierda.

George:

Vale vale jefa, lo que usted mande

Dejé el mensaje en visto, ya que al minuto recibí la llamada de Lucy, con quien no había hablado desde hacía dos días.

-Hola Lucy-. Dije nada más descolgar.

-Hombre hola, la chica desaparecida-. Dijo mi amiga con ironía.

-Sabes perfectamente que he estado ocupada...- Dije intentando excusarme.

-Si si, ya, ocupada, ¿en donde? En casa de George Russell ¿no?- Lucy había visto los periódicos y las noticias de la prensa del corazón, estaba claro.

-Bueno, sobre eso me gustaría hablarlo contigo en persona, como no te he podido ver desde la otra noche, no he podido contarte nada-. Respondí.

-Pues si quieres en un minuto me tienes alli-. Mi amiga era muy impaciente.

-No, no hace falta, mañana en el avión te cuento todo-. Dije yo.

-Vale, como digas. Por cierto ¿qué tal? ¿Has hablado con alguno de los dos?- Dijo refiriéndose a Axel y a Sam.

-Estoy bien, pero no, no he hablado con ninguno, y la verdad es que no tengo ninguna gana-. Dije sinceramente.

-Te entiendo... Yo vi a Sam, estaba avergonzado, si te sirve de consuelo...- Lucy aportó.

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