Capítulo 27

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Entramos por la puerta del restaurante, y un camarero nos llevó a la sala donde se encontraban unos cuantos pilotos ya sentados. Entre ellos, estaban Dani, Carlos, Lewis y Alex, Carlos y Alex junto a sus parejas, como era de esperar. Lucy se sentó junto a Lewis, ya que por alguna razón ambos habían congeniado bastante bien.  Yo me puse junto a Carlos e Isa, ambos me caían genial y siempre que coincidíamos me lo pasaba muy bien con ellos.

Estuvimos un rato charlando entre todos, y el ambiente era realmente bueno. Me hizo recordar lo mucho que echaba de menos todo aquello, aunque no estuviese en mi mejor momento personal. 

A la sala entraron las últimas personas en llegar, Lando y Sarah, junto a George. Mi corazón se encogió al verle con su polo azul marino puesto, que hacía que sus ojos azules resaltasen más que los de nadie en el lugar. Odiaba estar enamorada de él, ya que tenía que aparentar que no estaba triste ni afectada por nada de lo que había pasado.

De alguna manera, una vez todos estaban sentados, a George le tocó ponerse en frente de mí, y mi estómago dio un vuelco al oler su colonia, la que tanto echaba de menos. 

La cena dio comienzo y todos hablábamos con las personas que más cercanas estaban, así que mi noche fue básicamente una conversación tras otra con Isa, que al saber mi situación no me dejó de distraer en ningún momento.

En un punto de la noche, me agobié de tal manera que tuve que salir a la calle para respirar. Al minuto apareció una figura detrás de mí, y por su olor sabía perfectamente quién era.

-Hola-. Dijo George posándose a mi lado.

-Hola-. Tragué saliva.

No dijo mucho más, simplemente se quedó mirando al  frente.

-¿Has salido a decirme algo?- Dije nerviosa.

-¿El qué? No tengo nada que decirte-. No lo dijo en forma grosera, sino suave, diría que hasta amable.

-Ah, bueno... Vale. Yo voy a entrar ya, me estoy quedando fría-. Mentí, simplemente no quería estar a su lado con tanta tensión.

Desaparecí del lugar para volver a la velada con los demás.

Finalmente, mi amiga y yo volvimos a casa. Ambas con sensaciones completamente distintas. Ella estaba contenta, porque estaba forjando una amistad con Lewis, aunque yo creía que era algo más, por cómo interactuaban; y yo, bueno, yo estaba destrozada por completo.

Al día siguiente, volvimos a los boxes de Mercedes. Yo estuve todo el rato charlando con Toto, que me explicaba ciertas estrategias para el fin de semana, y Lucy estaba completamente inmersa en el coche de Lewis mientras los mecánicos trabajaban en él.

-¿Sabes algo de mi padre?- Dije cambiando de tema a Toto.

-Sé que está hasta arriba de trabajo, pero no me dijo nada sobre ti cuando le pregunté. Sólo que estabas ocupada trabajando-. Toto se veía triste por mí.

-Bueno, siempre está con lo mismo, ya no me preocupa. En todo caso me preocuparía encontrarme con él-. Dije con una risa sarcástica.

-Tranquila, este fin de semana y el siguiente gran premio estará en Italia con reuniones de patrocinadores-. Toto agarró mi hombro y me sonrió. 

-Vale, entonces me puedo quedar tranquila y dejarme de estar pendiente todo el rato de él-. Suspiré.

Las prácticas terminaron y después de pasar tiempo con los dos pilotos de McLaren, volvimos a casa, ya que necesitaba descansar, sobre todo la cabeza de dar tantas vueltas a la misma persona.

Estaba tumbada en mi sofá, viendo la televisión con una tarrina de helado de vainilla con caramelo. Esa noche la dieta se fue a la mierda, no estaba de ánimos como para comer verduras a la plancha, simplemente necesitaba azúcar.

A Mis PiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora