Me desperté tarde a la mañana siguiente, ya que no tenía mucho que hacer, sólo tenía planes con George para la tarde, y básicamente íbamos a estar en el gimnasio de su casa haciendo ejercicio. No paraba de pensar en Lucy, no sabía si ella se había enterado de la noticia de Lewis, ya que casi no había hablado con ella los últimos días. No me atrevía a decirle nada, porque lo primero, no sabía si realmente le gustaba Lewis o sólo le veía como un amigo, y segundo, estaba muy centrada trabajando, y como todo le iba sobre ruedas, no quería estropearle el momento bonito.
Ya por la tarde, me puse en dirección a la casa de George. Cuando llegué, me estaba esperando en la puerta de la calle con una sonrisa de oreja a oreja. Me acerqué y le saludé con un beso en la mejilla.
-¿Qué tal tu día?-. Dijo siguiéndome.
-Normal, nada especial. ¿Tú?- Respondí.
-He estado toda la mañana en el simulador-. Me invitó a entrar y me enseñó el camino a la planta baja, donde se encontraba su gimnasio.
-Tú eso de que son vacaciones no lo entiendes, ¿no?- Pregunté irónica.
-Eso parece... Es que no tenía nada mejor que hacer-. Levantó los hombros.
Llegamos a la sala donde tenía habilitado una especie de gimnasio particular, con cinta para correr, bici estática, pesas, etc. Me miró fijamente, de arriba a abajo, y se quedó extrañado.
-¿Y tu ropa para hacer deporte?- Preguntó.
-La tengo en mi bolsa, no quería traerla puesta-. Respondí mostrando mi bolsa de deporte.
-Ah, vale. Pues ahí tienes un baño, para que te cambies, te espero aquí-. Inmediatamente se dio la vuelta y comenzó a preparar todo.
Yo entré al aseo, y me desvestí para ponerme la ropa adecuada. Me coloqué los leggins push up de color violeta, que me hacían una figura estilizada de las piernas; y en la parte de arriba, un top del mismo color, dejando la zona alta del torso al descubierto. Recogí mi pelo en una coleta alta, y lo apreté lo máximo posible para que no se deshiciera cuando comenzara a entrenar.
Salí del baño y me acerqué a George, que estaba de espaldas preparando las cintas elásticas.
-¡Bu!-Dije con intención de asustarle.
George dio un brinco y se dio la vuelta rápidamente.
-Dios, Mía, casi te mato-. Respiró.
-Qué exagerado-. Rodé los ojos.
Noté la mirada de George puesta sobre mí, sabía que le gustaba cómo que quedaba esa ropa y me reí en silencio. Comenzamos a hacer ejercicio los dos, aunque él hacía más de entrenador personal que otra cosa. Me decía cómo colocar mi cuerpo en ciertos ejercicios, y me daba consejos a la hora de hacer pesas o dominadas.
Cuando terminé de hacer mis trabajadísimas diez dominadas, llegó su turno, aunque él no hizo diez, sino treinta. Me quedé completamente embobada al verle subir y bajar continuamente en la barra horizontal. Su espalda simplemente me maravillaba. He de reconocer, que la espalda de los deportistas siempre había sido mi punto débil, y con George no iba a ser menos.
Bajó y se dio cuenta de cómo le estaba comiendo con la mirada, por lo que su reacción me sorprendió. Se deshizo de su camiseta y la tiró a un rincón de la habitación.
-Hace demasiado calor, ¿no crees?- Comenzó a acercarse.
-No lo sé, yo estoy bien-. Respondí con un tono neutral.
-Cualquiera lo diría, estás roja-. Continuó acortando la distancia.
-Bueno, eso no es del calor precisamente-. Subí el tono de la conversación, quería saber hasta dónde era capaz de llegar.
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A Mis Pies
FanficMia Martinelli, es modelo, estudiante de moda, influencer y la hija del encargado de Mercedes AMG en Italia, Alessandro Martinelli. Un día tiene que hacer un fotorreportaje para la imagen de Mercedes y se cruza accidentalmente con el piloto de Willi...