Capítulo 36

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Los días que pasamos en Skópelos fueron inmejorables. Principalmente nos los pasamos en las distintas playas de la isla, y visitando pequeños rincones escondidos, sobre todo los restaurantes más humildes, ya que te trataban como en casa. La última noche decidimos ver Mamma Mía, debido a que George no la había visto, y he de decir que pensé que no le gustaría, pero al terminar, su opinión no fue mala, de hecho dijo que era uno de los mejores musicales que había visto.

También subimos a la famosa iglesia en la cima de aquella gigante roca. Fue posiblemente el mejor destino de vacaciones al que había ido nunca, y la compañía era inmejorable.

Por desgracia tocó volver a casa, aunque la diversión no había terminado, de hecho estuve en casa de George prácticamente instalada. Hasta que le tocó volver al trabajo, estábamos todo el día juntos, y también quedamos de vez en cuando con Alex y Lily.

Finalmente, llegó el día de viajar a Bélgica, y como yo tenía todavía una semana de vacaciones, decidí acompañar a George al circuito, para así hacer oficial nuestra relación a todo el mundo, y aunque tuviera miedo de la reacción del público, no había cosa que me hiciera más ilusión.

-¿Estás bien?- Me dijo él mientras volábamos a nuestro destino.

-Claro-. Salí de mi trance, sabía que había notado que estaba nerviosa.

-Ah, pensé que te pasaba algo, como te noto nerviosa...- Dio en el clavo.

-Bueno, sí estoy un poco nerviosa, nadie sabe que estamos juntos, ni siquiera Alex y Lily, y eso que estuvimos con ellos el otro día-. Respondí con media sonrisa.

-Tranquila, ya verás como todo sale bien, tengo un buen presentimiento de este fin de semana-. Agarró mi mano y le dio un pequeño beso.

-Si tú lo dices...- Rodé los ojos y sonreí.

Llegamos a Bélgica y nos instalamos en el hotel, el cual era una preciosidad, todo esta muy limpio, y gracias a Dios estaba cerca del circuito y no había que recorrer un largo trayecto.

El jueves fuimos al circuito, ya que tenían que atender a las ruedas de prensa que se realizaban siempre antes de que el fin de semana diera comienzo. Al bajar del coche, un par de fotógrafos nos disparó con sus cámaras, y supe que ese era el momento de la verdad. George me agarró la mano con fuerza y me miró con sus brillantes ojos azules. 

Una vez estuvimos dentro del paddock, nos juntamos con Lando y Sarah, que también habían llegado a la vez que nosotros. Al vernos de la mano, supusieron lo correcto, y una mirada ilusionante de Sarah me hizo sacar un sonrisa involuntaria, a la vez que mis pómulos se sonrojaban.

-¿Sí?-Dijo la chica juntando sus manos.

-Si es a lo que creo que te refieres, sí-. Respondió George con una carcajada.

-¡No puede ser!¡Lando tenía razón!-Sarah se puso a dar pequeños brincos de alegría.

-Yo siempre tengo razón-. Dijo con su típico humor británico.

-Vale vale, lo que digas-. Sarah rodó los ojos.- Chicos de verdad me alegro mucho por vosotros.

-Gracias, significa mucho para mí-. Abracé a la española y me lo devolvió.

Seguimos hablando los cuatro hasta que llegó el momento de que los pilotos fueran entrando al edificio para que comenzara la rueda de prensa. Yo me fui con Sarah, ya que éramos las únicas parejas del grupo que habíamos acompañado a nuestros chicos a parte de Sandy, que se había quedado durmiendo en el hotel esta mañana debido al jet lag que arrastraba de semanas atrás. Sarah obviamente iba a ir a todas las carreras con Lando, ya que trabajaba con él en McLaren, era su Community Manager. 

A Mis PiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora