A Mis Pies

Capítulo 37

Era de noche, y por fin había parado de llover en Spa. George me propuso una divertida forma de celebrar su podio, y obviamente yo no había podido rechazarla. Se trataba de un picnic en mitad del circuito. Bueno, picnic como tal no era, ya que había una pequeña mesita y sillas, para no sentarnos en el asfalto. La idea no podía ser más original. Cuando me propuso "pasar de los restaurantes caros y abarrotados de gente" para poder estar más tiempo a solas, lo primero que se me vino a la mente era que nos quedaríamos en la habitación, aunque esto superaba con creces mis expectativas.

Nos encontrábamos en plena recta de meta, ya que era el único lugar donde había suficiente iluminación. George encendió dos velas, que no hacían mucho efecto, pero bueno, le daba mejor ambiente a la cena.

-Entonces, ¿te ha gustado la idea?-. George tenía sus manos entrelazadas a las mías.

-Me ha encantado, de hecho, es posiblemente la cosa más especial que haya hecho en mi vida-. Respondí ladeando mi cabeza.

-Me alegro de que mi primer podio lo haya podido compartir contigo, seguro que eres tú la que me ha traído suerte-. Su voz era tan sutil como un susurro.

-Yo me también me alegro, y mucho. Te lo merecías más que nadie.

-Ya, pero me da rabia no haber podido disputar una carrera en condiciones, sobre todo por todas las personas que estaban aquí empapándose-. Señaló a la grada.

-Lo sé, además estoy segura de que habrías hecho una carrera genial, lo presentía-. Le animé.

-Bueno, pues espero que para el siguiente podio sea una victoria-. Dijo él fantaseando.

-Yo no lo espero, yo lo sé-. Dije con tono subido.

-Así que tú sabes todo ¿no?-Respondió arqueando la ceja.

-Ajá-. Asentí orgullosa.

-A ver, entonces,¿ en qué estoy pensando ahora mismo?- Se acercó ligeramente.

-Pues... En tu primera victoria-. Dije al azar.

-Mmm-. Negó.

-¿Ah no?

-¿Quieres saber en qué estaba pensando?-Acortó la distancia de nuestras bocas.

-Por favor-. Dije con un hilo de voz.

-Pues... Estaba pensando en cómo celebraría mi primera victoria contigo-. Se relamió el labio inferior.

-Entonces no iba tan desencaminada... Pero, por favor, continúe usted-. Sugerí.

-¿Quieres saberlo?

-Oh, por supuesto que sí-. Mordí mi labio.

-Pues comenzaría besándote, claramente-. Y seguidamente me dio un beso apasionado, pero contenido.

-Ajá, continúa-. Susurré en su boca.

-Y después, te llevaría conmigo a algún lugar privado, muy privado-. Guiñó un ojo y esbozó una sonrisa maliciosa.

-Oh, ¿y para qué?-Dije inocente.

-Para entonces subirte en mi regazo-, me tiró hacia él y me colocó sobre sus piernas.- y besarte el cuello lentamente.- Al instante había comenzado a casi esnifar mi perfume y a plantar pequeños besos en mi clavícula.

-Oiga, señor Russell, estamos en un lugar público. Es posible que alguien pueda vernos-. Dije entre risitas.

-Tienes razón, ¿pero no tienes curiosidad por saber cómo continuaría?- Su mirada proponía hacer una locura.