Deprimida

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No sabía que sentir o que hacer, por un estúpido error, porque el enojo me cegaba me dejé llevar. No estaba arrepentida por haber herido y posiblemente roto algunos huesos de Romanoff. De hecho me sentía bien, pero cada vez, alguien entraba a la habitación y comentaba algo sobre que era una idiota por hacerle eso a la mejor agente de S.H.I.E.L.D. El cuarto tenía una cama pequeña, me estresaba porque todo era blanco. En fin, estaba acostada, mirando a la pared, me hacía la dormida cada vez que alguien entraba, Loki quiso entrar en mi mente varias veces, pero no se lo permití.

Miré mi reloj, ya eran las seis de la tarde, me levanté de la cama, al mismo tiempo en el que dos agentes entraban, me miraron con una cara de miedo absoluto, los ignoré y caminé fuera, intentaron detenerme obviamente, pero sus armas no me afectaban. El pasillo en el que estaba era largo y oscuro, lo crucé sin mucha atención, mi cuerpo sabía a dónde ir, estaba distraída y al parecer el rumor de mi batalla ya se había difundido por todo el lugar, al verme todos se apartaban y se escondían, deseando que no los viera para no pulverizarlos. Definí el sentimiento predominante. Estaba triste.

Viré de nuevo a la derecha y en una puerta se encontraban todos Los Vengadores (Incluyendo a Barton, Loki, Darcy y Fury) unidos, me acerqué y por una milésima de segundo no lo notaron. Romanoff estaba en una camilla, hablando lenta y doloridamente, se le veía muy mal, con cortadas por todos lados, más varios litros de sangre en su camiseta y cara, no podía moverse, soy humana y me dio un tanto de repulsión ser yo misma, había causado ello. Bajo las atentas miradas de todos entré y varios intentaron detenerme, pero los mantuve a raya, con el ojo hinchado y morado, (debo admitirlo casi rio ante su cara, realmente era graciosa) me miró y su expresión detonaba pánico y venganza, con su débiles brazos se protegió la cara, pero hice que los bajara con un solo empujón y puse mi mano en su frente, luego cerré mis ojos y pronuncié unas antiguas palabras de sanación, obviamente en el idioma de mi pueblo, Vanaheim.

-Si mucho dolor te he hecho sufrir, con estas palabras cargadas de sinceridad y culpa ordeno que te cures- Abrí los ojos y unos polvos dorados se esparcían por todo su cuerpo, seguí recitando-Quise herirte, pero me di cuenta de que no es el camino. Tus heridas desaparecen y ahora estas bien.

Le quité mi mano de la frente, ya estaba bien, unos pequeños rasguños en los brazos y cara, además de la camiseta manchada, todo, absolutamente todo estaba perfectamente bien. Giré mi cuerpo y todos me miraban, no pude descifrar cómo, con asombro, odio o incomprensión. Salí rápidamente, me puse mis audífonos y una canción que no ayudaba a mi estado de ánimo. Lloré, por primera vez en mucho tiempo lloré, el cielo lo hizo conmigo, una lluvia triste y melancólica cayó mojando todo, las puertas estaban a mi frente. Con un poco de mis poderes podría mantenerme seca, que una sola gota no cayera en mí, pero quise mojarme, quise que el agua me recorriera y me limpiara, lo que había pasado me hacía fuerte, pero de vez en cuando debía mostrarme débil o explotaría.

-¡(TN) _____!

Miré atrás, la neblina nublaba mi vista, pero pude distinguir dos figuras, Darcy y Loki estaban allí, Darcy tenía un paraguas y cubría a Loki, se iban acercando poco a poco, no me gustaba que me vieran así, giré de nuevo y ya mojada completamente seguí caminando hasta perderme de todo, del mundo, de los que me conocen, simplemente olvidarme de mi vida un segundo. Cinco minutos después vi a mi espalda, y ya no había nadie...

¿A dónde iría? No quiero encontrarme con nadie que haya visto el incidente, por lo que mi departamento no era una opción. Vanaheim, mis padres preguntarían que pasó y no tenía ganas de contarles nada a ellos. Asgard, metería en problemas a Loki, no era una buena opción, tampoco. Entonces, ¿A dónde?...

Cuando era adolescente me enteré de que nunca fui hija legítima de mis padres, sino de unos reyes, cambié de lugar de vivienda y luego me llevaron. Siempre me llevé muy bien con mi familia adoptiva, eran una parte de mi corazón y cuando tuve que irme me sentí más que triste. La familia estaba conformada por Alejandro y Susan, una feliz pareja con 30 años de casados, tenían solo un hijo (aparte de mí) Alex, era mayor con cinco años, y era realmente maduro, confiaba en él plenamente. Ya tenía un lugar...

Te dije que no te enamores (Loki y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora