El Plan Más Simple

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Pues bien, mi princesa, Adora. Estuve demasiado pasiva con todo ésto, y la verdad que yo no soy de ésa manera... A menos que lo pidas.

Debería, intentar acercarme más a tí y seamos la pareja perfecta que estamos destinadas a hacer.

Primero debes notar mi existencia, claro está. Y para éso tengo pensar bien cada paso.

No permitiré que te alejen de mí, Adora, no te preocupes, yo me haré cargo de todo.

Te gustan las princesas... Los caballos... Fanfarronear tu marcado cuerpo en las redes sociales Y EL FÚTBOL AMERICANO. Ésto era lo más obvio para que me prestes atención. No unirme al equipo de fútbol, nada tan tonto como éso, porque son todas enormes de musculosas y me aplastarían ni bien entre a la cancha.

Ser parte del equipo de animadoras me daría la escusa perfecta para andar al rededor tuyo con una falda bien corta.

Odio el equipo de animadoras. Como si no pudieran hacer lo que hace con pantalones. Y por alguna razón, ellas se creen superiores a los demás, igual que los deportistas. Para mí son todos unos imbéciles.

Veo pasar a la gente a mi al rededor. Son todos tan secundarios para mí. Las personas van y vienen, pero todos me importan una mierda.

Pensar en tenerte me hace querer esforzarme todos los días, luego me lo agradecerás. Cuando tengamos un hijo o hija... Aún no lo pensé tanto, lo que tú elijas está bien.

Cuando volví a clases, todo marchaba igual. Toda la secundaria, seguía con su vida vanal, sin sentido, yo no tenía motivos para seguir viviendo de ésta manera, hasta que te volví a encontrar.

Adora entró a la escuela rodeada de gente, como siempre. ¿No te cansas de que todos sonrían tan falsamente? ¿No te das cuenta que alguno pueda esperar a un momento de debilidad y aprovecharse de tí? Porque es lo que las personas hacen. Por Éso debo protegerte. Eres una luz,  pura, entre toda este mar de personas de mierda.

Es hora de actuar.

Fui a la oficina de la preceptora Weaver a anotarme al equipo, con la escusa de puntaje extra, tuvo que anotarme sin rodeos.

No quería estar ahí más de lo necesario y ella tampoco quería que me quedara.
— Lárgate. — chilló tajante cuando terminó de llenar los papeles en frente mío, para luego arrojarlos sobre su escritorio.

Ya me voy vieja de mierda, o me arrastrará al infierno con usted.

Obsesión (Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora