Te quiero siempre • Eva y Hugo •

capítulo 13

Eva

—míralos que monos tía!
—cállate que se van a despertar samantha!

Abro un ojo y me encuentro con mis amigas mirándonos fijamente a Hugo y a mi abrazados. Me levanto cuidadosamente cuando veo que se van a la cocina no sin antes decirle a hugo "hazte el dormido". Me acerco a la cocina dando pequeños pasos, nada más entrar las veo a las dos hablando tranquilamente y con dos vasos de agua acompañados de dos ibuprofenos encima de las mesas.

—buenos días por la mañana! - les digo entrando haciendo que se sobresalten-
—y tan buenos... -dice sam, al mismo tiempo que Mai le da una patada por debajo de la mesa-
—que resacón... -dice mai-
—si es que sois unas insensatas bebiendo
—no perdona, somos muy sensatas, solo que de vez en cuando nos da por divertirnos.
—bueno y tu tampoco te lo has pasado mal no eva? -dice mai sonriendo de lado-
—que deciis
—nada, nada, ya nos contarás
—tu y hugo -dice mai tosiendo-
—yo y...ahhh, que pasa que no podemos abrazarnos?
—ya pero estabais muy juntitos no?
—y?
—pues yo que se eva..
—no inventéis anda, por cierto ir a por el desayuno y hacer algo por vuestra excelente amiga Eva no? -dice riendo-
—encima! si no sé ni como hemos llegado aqui de pie
—porfi -digo poniendo pucheros-
—bueeeeeno, vale, vamos sam
—jolín eva

Las acompaño hasta la puerta, y una vez que han salido voy corriendo a la cama y me tiro encima de hugo, procurando no hacerle daño.

—buenos días bello durmiente! -digo riendo-
—eva...que me estaba quedando dormido de nuevo -dice cogiendo una almohada y poniéndosela en la cara-
—nooooo, hay que despertar - digo empezando a darle besos por toda la cara-
—ay, todas las mañanas eres así de energética?
—no, es que hoy estoy feliz
—¿ah si? ¿por qué?
—no sé... -digo dándole varios besos seguidos en la boca-
—ah ya entiendo... -dice cogiéndome de la cintura, colocándome encima de el-
—sabes que ya mismo pueden venir Sam y Mai no?
—pero así es más interesante no? -dice bajando las manos a mi culo-
—puede... -digo volviéndolo a besar-

Nos tiramos un buen rato dándonos besos, sin pasar a nada más, de momento. Era imposible retirarnos a menos que hubiese algo que nos interrumpiera, y eso fue lo que paso. Mai y Sam abrieron la puerta y yo de un ágil movimiento me coloque al lado de hugo en la cama. Ellas ya sospechan algo, pero hemos quedado en no decir nada de nuestro...¿rollo? o lo que sea que tengamos.

La mañana paso normal, Hugo se fue a su habitación y nosotras nos quedamos en el cuarto, ambas me insistieron acerca del tema de Hugo pero no les solté nada, lo que menos quería en ese momento era que se me escapara algo y liarla.

—bueno, igualmente cuando lo hagáis público me haré la sorprendida vale? -dice sam-
—que nooooooo
—acabareis juntos, os lo digo yo - dice mi amiga de flequillo -
—que pesadas sois a veces eh

Después de la pequeña charla con mis amigas decido vestirme para salir a dar un paseo. Mientras me arreglo me acuerdo de lo que pasó ayer por la noche, no exactamente de la parte bonita, si no de Marco, ¿se habrá despertado? ¿estará por ahí buscándonos? Antes de nada prefiero llegarme a la habitación de Hugo y solucionar ese problema.

A penas doy dos pasos cuando ya estoy delante de su puerta, tocó con cierto retintín y me habla una voz al otro lado de la puerta.

—quien?
—el demonio pinchapapas, quien voy a ser? - digo riéndome -
—ah hola Eva, que quieres?
—que pasa que ahora te mola el rollo de hablar a través de las paredes?
—es que...me acabo de duchar y...no me he vestido todavía
—menuda excusa más mala me acabas de soltar, como si hubiese algún problema - digo sonriendo -
—ehh ya pero...
—Hugo porque no quieres dejarme pasar? - digo empezando a preocuparme -
—es que...a ver
—o me abres o echo la puerta abajo, no sabes lo fuerte que es la patada de una nadadora
—vale vale